El pasado domingo en una entrevista televisada para la cadena ABC Ivana Trump ―primera esposa del presidente Trump y madre de Donald, Ivanka y Erick― admitió que conversa por teléfono con su ex esposo una vez cada dos semanas, y que tiene línea directa en la Casa Blanca.
Entre carcajadas, Ivana también dijo: “Soy básicamente la primera mujer de Trump. Soy una primera dama”.
Desde la Casa Blanca no se hizo esperar un comunicado de la vocera de Melania Trump, Stephanie Grisham, en que el cual la primera dama califica el comentario de su antecesora y también niega la presunta incomodidad de vivir en Washington, algo a lo que también aludió Ivana en su entrevista.
Según destaca el citado documento: “La señora Trump ha hecho de la Casa Blanca el hogar de Barron y del presidente, y él está muy honrado con su rol como primera dama de los Estados Unidos. Ella planea usar su título y su rol para ayudar a los niños. Claramente, no hay ningún tipo de sustancia en esta declaración de una ex esposa. Esto desafortunadamente no es más que una búsqueda de atención para su propio beneficio”.
Efectivamente, en los últimos días los ojos han estado puestos sobre Ivana Trump por la reciente publicación de su libro “Raising Trump”, en el que narra detalles de la vida de sus hijos y de su experiencia como esposa del millonario, ahora presidente.
En la entrevista, Ivana explicó que a veces Trump la llama para que le dé consejos, y que ella le suele responder “que deje de hablar tanto”. También precisó que no tiene un contacto más cercano con su ex esposo “porque no quiere crear celos en Melania”.
Ivana Trump estuvo casada con el magnate entre 1977 y 1992, cuando salió a la luz un romance con Marla Maples, que se acabaría convirtiéndose en la segunda esposa del poderoso empresario.
Diversos medios de prensa insisten en que el desprecio hacia Marla, Ivana lo demuestra en el apelativo con que la nombra en el libro, donde solo se refiere a ella como “la mujer del show”.
La ex esposa de Trump cree también que el padre de sus hijos pudo llegar a la presidencia mucho antes, algo que impidió el mencionado escándalo amoroso: “Hace 20 años, Donald recibió una carta del presidente Reagan en la que lo alentaba a que se lanzara como presidente. Y creo que eso hubiera sido muy posible de no ser por el escándalo”.
Algunos no han dejado de reparar en lo insual de este intercambio de comentarios sobre un presidente de EE.UU., y es que Trump es el segundo presidente divorciado que ha tenido el país, el primero fue, justamente, Ronald Reagan.
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