Cuando el pasado 12 de octubre Yanelis Bermúdez viajó desde Santa Clara a La Habana para su cita en la embajada estadounidense, con solicitud de visado de Reunificación Familiar, la entrevista se había suspendido.
El niño de 14 años, Pablo Alvio Álvarez, padece una enfermedad degenerativa. Al nacer le diagnosticaron una cuadriparesia espástica debido a un paro respiratorio, y necesita regularmente tener a mano la Toxina Botulímica, una medicamento que controla la atrofia muscular.
Como hasta el momento la madre no ha recibido explicación alguna sobre su situación migratoria, ha transmitido el siguiente mensaje a través de Cubanet: “Yo soy una mamá que está desesperada”. Y agrega: “Le pido al presidente Donald Trump, por favor, que tenga en cuenta mi caso”.
Según la madre, su pretensión es que el niño pueda tratarse con la Toxina Botulímica y se reencuentre con su padre.
En Cuba, Pablo ha recibido el tratamiento mediante donaciones. La madre explica que el niño lleva una rehabilitación permanente y Toxina Botulímica para sus músculos. “Si no utiliza esa medicina, al niño se le pueden atrofiar los músculos cada día más”.
En la Isla hay muchos menores que se enuentran en la misma situación que Pablo. La medicina debe suministrarse mensualmente, y en Cuba solo pueden facilitarla una vez al año.
Luego de la retirada de personal diplomático de la embajada de Washington en La Habana y la tensión en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos por los supuestos “ataques sónicos”, la información que se ha ofrecido es que los trámites de visado para migrantes se realizarán en la embajada estadounidense en Colombia.
No obstante, aún los países tendrían que ajustar algunos asuntos para comenzar los procesos, pero muchas familias cubanas de ambos lados se encuentran desesperadas por la desinformación al respecto. No saben qué tiempo durará esta situación.
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