El presidente de Venezuela Nicolás Maduro dijo sentirse torturado “como en Guantánamo”, durante una extensa y polémica entrevista el pasado domingo para la cadena española La Sexta.
"Le faltó darme cachetadas, fue un interrogatorio. Incluso las luces parecían de Guantánamo", dijo Maduro en televisión nacional, después de ser entrevistado por el reportero catalán Jordi Évole, en relación a la notable crisis política y social del país bolivariano.
En el Palacio de Miraflores, Évole esperó 30 horas por el mandatario para esbozarle una serie de interrogantes sobre los presos políticos, la corrupción y la inflación monetaria, así como los abusos policiales durante los cuatro meses de protestas.
A todas estas, Maduro contestó titubeante y achacando los problemas del país a “la guerra económica del Imperio contra el pueblo” y a la “oligarquía venezolana”.
Entre las polémicas declaraciones que ofreció, el gobernante llegó a afirmar que en Venezuela no hay presos políticos porque “ninguno está preso por haber sido líder político o por haber promovido una idea, sino porque violaron las leyes”.
“Hay políticos que han cometido delitos y han sido juzgados por la Fiscalía general de la República y los tribunales”, dijo e insistió en la idea de que “no hay ningún poder por encima de la constitución y el tribunal”.
Tras la entrevista, Maduro incluso se quejó del "truco" realizado por el periodista catalán, quien utilizó una bolsa llena de billetes de 100 para explicar cómo la inflación ha devorado el bolsillo de los venezolanos. Precisamente el presidente presentó el nuevo billete de 100.000 bolívares, cuando hace solo un año el billete de mayor tamaño en el país era de 100 bolívares.
La entrevista confirmó además que Maduro será candidato presidencial para las próximas elecciones en Venezuela y que confía en las CLAP, una versión de la libreta de racionamiento cubana, para mantener la hegemonía política.
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