"El salario nada más es para la comida", afirma una de las entrevistadas en este reporte, interrogada sobre la frecuencia con que puede renovar su ropero. Y es que pese a las carencias y dificultades de todo tipo que enfrentan los cubanos, en la Isla también se atiende a la moda, o al menos hay un interés renovar las prendas de vestir cada cierto tiempo.
Las mujeres entrevistadas aseguran que quisieran cambiar su ropa de vez en cuando, pero a menudo se los impide el alto precio de comercialización de las prendas, lo que va unido a una escasa variedad en la oferta, tanto en moneda nacional como en divisa.
Varias aseguran que prefieren tener un trabajo en el sector cuentapropista, que les reporta mayores ganancias; sin embargo, hay también quien tiene en cuenta que la "flexibilidad" de horarios que aporta trabajar para el Estado debe ser tenida en cuenta.
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