El escritor chileno Roberto Ampuero, que durante el próximo gobierno de Sebastián Piñera ejercerá como canciller de su país, ha contado en el programa Tolerancia cero, del canal Chilevisión, cómo dejó de creer en el socialismo como proyecto político para su nación y para el mundo.
Ampuero abrazó la causa del comunismo con 17 años, cuando ingresó a las Juventudes Comunistas, a las que veía como una alternativa real de desarrollo justo y necesario. Después del golpe de estado de Pinochet, en 1973, se fue a la República Democrática Alemana y posteriormente viajó a Cuba.
“En 1976 –relató–, después de haber estado tres años en el socialismo real, de haber conocido Alemania oriental y Cuba, renuncio a la juventud comunista, y lo hago en La Habana. Tenía 23 ó 24 años. Yo dejé de ser comunista por lo que vi allí: la falta de libertad, el abuso… Y decidí que no quiero para Chile ni a Pinochet, ni a Fidel Castro, ni a Honecker”.
Dejé de ser comunista por lo que vi allí: la falta de libertad, el abuso… Y decidí que no quiero para Chile ni a Pinochet, ni a Fidel Castro, ni a Honecker
Ampuero, autor de novelas policiacas y quien ha sido también embajador de su país en México, afirmó que la única alternativa que puede construir e imaginar es la libertad individual y la democracia parlamentaria.
Según él, es importante analizar ahora por qué esas sociedades donde todo estaba asegurado, un día se levantaron y fueron contra el sistema, y prefirieron la sociedad “explotadora”, del esfuerzo y la competencia.
“Allí hay algo que tiene que ver con la sed de libertad y la búsqueda de la democracia de las personas. Está dentro del ser humano buscar espacios que le permitan ser quien él quiera, y no un espacio donde el estado, o un par de burócratas, deciden cómo es la vida desde que naces hasta que mueres”, señaló.
“En ese sentido debe ser el análisis: qué fracasó allí y qué significa esto. ¿Significa que el socialismo, el estatismo extremo, pueden ser resucitados y son una alternativa, un problema mínimo que hay que recuperar; o es algo que está descartado y que pertenece al pasado? Yo pienso que lo está, por eso me llama la atención que en Chile haya voces y gente que siguen idealizando estos países, que fueron bárbaros en su represión”.
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