En los últimos años en Cuba, las estadísticas de accidentes automovilísticos han ido en ascenso y, en consecuencia, el índice de fallecimientos por esta causa. Para nadie es un secreto que un buen por ciento de los carros que circulan en las vías cubanas son del siglo pasado y que, por tanto, muchos no cumplen los requisitos para circular sin peligrosidad.
Aunque existe el popularmente llamado “somatón” (revisión técnica automotor), que se supone debe velar porque todos los vehículos que circulen tengan las condiciones mínimas: frenos, luces y dirección; también existen vías de “escape” a esta inspección, lo cual está poniendo en riesgo la vida de muchas personas en el país.
Algunas personas alegan que no hay dónde comprar piezas o que simplemente se salen de sus posibilidades económicas, eso sin contar que adquirir un vehículo nuevo es casi impensable para la mayoría. Esto, ligado al estado de las vías, facilita en muchos casos los accidentes, pues los choferes o bien pierden el control del vehículo o se ven forzados a hacer maniobras para evitar dañarlo, precisamente por lo que implica una reparación, mantenimiento o una pieza nueva.
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