El año en que el Gobierno cubano venderá al mundo la idea de que celebra elecciones y que permite a los cubanos elegir su propio destino, son esos mismos cubanos los que dudan de haber sido ellos los protagonistas de este destino.
"Nada de elección, al pueblo cubano se le ha impuesto vivir así como estamos hoy", dice a las cámaras de Palenque Visión Rolando Sánchez, un bayamés que como tantos otros no titubea para responsabilizar a quienes han llevado al país por el actual camino. Tiene claro que el pueblo no ha sido.
Otros, más cautos pero suspicaces como Norberto Baloy, insinúan lo que en privado afirman más categóricamente: "A nosotros nos han criado sobre la base de que sí hay democracia… Habría que ver lo que piensa cada quien".
Cada vez más los cubanos que asumen que ningún proceso político del país cuenta con verdadera participación popular. La elección de candidatos a las asambleas municipales, provinciales y la nacional, ha tenido la misma tendencia de las últimas décadas: impedir voces discordantes, opositoras a la política castrista.
"Nosotros vivimos así porque estamos comiendo candela aquí. Los americanos no se han metido aquí en nada”, afirma Roberto García, un trabajador por cuenta propia que confiesa ser hostigado todo el tiempo por inspectores estatales.
"Fidel Castro engañó a la gente en todo, hasta con las ollitas, los fongoncitos y los refrigeradores”, apunta Danilo Cáceres desde una desvencijada casa que, cuenta, lleva veinte años intentando terminar de construir.
Los cubanos no participan en el destino del país. Pero al menos ya nadie los engaña: ellos lo saben.
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