Por creencia popular, los habitantes de Quinamayó, un caserío a unos 20 kilómetros del centro de la localidad de Jamundí (Valle del Cauca, sureste de Colombia), celebran la navidad en febrero y no el 25 de Diciembre, y además adoran la figura del Niño Dios Negro. Por tradición afrocolombiana, cada año el Niño Dios es acompañado por dos madrinas y un padrino.
La celebración se lleva a cabo el 16 de febrero de cada año, con una colorida procesión por el pueblo con el Niño Dios Negro entre cantos y bailes tradicionales de la región.
La celebración es acompañada, además, por cantoras, personas vestidas de ángeles y soldados, cuya labor es custodiar al Niño Dios Negro hasta que llegue a salvo al lugar donde es venerado.
Se celebra el 16 de febrero porque ese día se cumplen los 45 días de la dieta que guarda una mujer luego del parto, y toman como referencia el nacimiento de Jesús, el 25 de diciembre.
El coordinador de la fiesta anual, ha explicado a la agencia EFE que “las personas que nos hacían esclavos celebraban su fiesta normalmente en diciembre y a nosotros nos daban cualquier otro día del mes, entonces decidimos esa fecha después de los 45 días que María puede bailar con nosotros”.
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