Jesús Oscar Naranjo Puentes es cubano y vive "en condiciones pésimas". Ha pasado varios meses durmiendo en la calle, en los tanques de basura, en las aceras... en cualquier parte. Tras salir de prisión con la libertad condicional se enteró de que su hermano había vendido la casa de ambos y lo había dejado sin nada. Él se resignó y comenzó a levantar con cuatro tablas un cuartico de madera, donde sobrevive a sus enfermedades. Es consciente de que su situación es crítica y no le tiembla la voz al admitir que "es mejor estar muerto".
Así lo recoge este vídeo de Cubanet, en el que Naranjo Puentes muestra las llagas que tiene en las piernas y cuenta cómo en el hospital al que acudió lo dejaron durmiendo en el suelo y al otro día lo mandaron para su casa. "No puedo caminar", se queja. Sin embargo, él asegura que no le han hecho estudios de nada aunque padece de la circulación y sufre hepatitis.
A la casa donde vive, el propio Naranjo Puente le llama "antro" y la define como "cementerio".
Él acudió al Gobierno para ver si podían darle algún sitio donde dormir y una pensión, ya que en sus condiciones físicas no puede trabajar. Hasta el momento no le han dado nada. Se busca la vida vendiendo lo que encuentra en los tanques de basura, comiendo un trozo de pan y un poco de chocolate con azúcar.
"En todos lados hay probreza, pero cuando se llega a una pobreza extrema es mejor estar muerto que no vivo".
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