Una familia vive en una casa donde llueve tanto adentro como afuera, un televisor encendido de fondo es indicador de que allí, a pesar de todo, intentan subsistir.
Cuando se exploran los límites de las pésimas condiciones en que pueden llegar a vivir algunas personas en Cuba, siempre falta un techo a la imaginación de hasta dónde ha llegado la crisis de la vivienda en la Isla. Este breve vídeo, de poco menos de un minuto de duración, resulta demoledor.
No hay palabras ni declaraciones, ni tampoco hacen falta
La crisis de la vivienda es un mal sistémico y de los más antiguos que aqueja a la sociedad cubana. Pese a una carencia de décadas y a una crisis acumulada devenida en urgencia, apenas en el año 2013 el Gobierno cubano vino a reconocer un déficit nada menos que de 600 mil hogares en todo el país.
El inciso C del artículo 9 de la Constitución (1976) afirma que “El Estado trabaja por lograr que no haya familia que no tenga una vivienda confortable”.
Sistemáticamente dolorosos reportajes indagan en cubanos que residen en centrales azucareros abandonados, en albergues estatales que son pocilgas o en viviendas amenazadas de derrumbes.
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