Historias de los que estuvieron a punto de abordar el avión momentos antes del accidente

Muchas deben ser hoy las anécdotas de aquellos que “por un pelo” se salvaron de abordar el vuelo DMJ-972 de Cubana de Aviación con destino a Holguín el pasado viernes 18 de mayo.

Debido a que los vuelos nacionales tienen lista de espera (si un pasajero con reserva no llega al check-in en tiempo, otro puede abordar el vuelo en su lugar) no es poca la consternación de los que se encontraban haciendo fila ese día para tomar el avión que horas después de estrelló causando la muerte de más de un centenar de personas.

Así lo contó a Prensa Latina el cubano Leonardo Ramírez, que labora para la compañía Emprestur, cuyas oficinas se localizan dentro del Aeropuerto Internacional de La Habana, justo al lado de la sala donde esperaban los pasajeros de la lista de espera.

“Escuchamos clarito cuando por la radio se le informó a los pasajeros que no había fallo (todos los pasajeros se presentaron en tiempo) en el vuelo del Holguín”, relató Ramírez. “Había un muchacho allí que era el número uno en la lista de espera y se puso un poco molesto”, señaló.

Luego, tanto los que hacían fila como los trabajadores del aeropuerto escucharon la explosión y comenzaron a presenciar, desde las ventanas del lugar, la cantidad de humo que desprendió la nave poco después de impactar contra una finca de cultivos cercana.

“Salimos corriendo y cuando llegamos ya había bomberos y personas dando los primeros auxilios. Todo fue muy convulso”, recuerda.

Otro joven, Erick Peñalver, tiene una historia similar para contar. Por equivocación, él y sus familiares casi abordan el vuelo DMJ-972 tras haberlo confundido con el que debía trasladarlos hasta la oriental ciudad de Santiago de Cuba.

“El avión de nosotros era el que iba para Santiago de Cuba, pero por equivocación íbamos a entrar en ese avión (el Boeing 737 accidentado poco tiempo después). Hicimos la cola, con el tiket en la mano y todo”, dijo.

Una vez se montaron en el aparato, les rectificaron: “‘Este no es el avión de ustedes’, y pasamos al de Santiago. Cuando íbamos a despegar fue que lo pararon y nos dijeron que había pasado algo”.

El vuelo destino a esa provincia tuvo que ser retrasado, pues poco antes de despegar, el estruendo de la caída levantó la alerta en la terminal aérea, y se ordenó pausar las operaciones de muchos de los vuelos programados para ese día.