Ariadna Cabrera y Mariannis Matos no tenían viviendas. Sus casas las perdieron hace años por los daños ocasionados por los huracanes. A una se le derrumbó durante el paso del huracán Matthew, en 2016, y a la otra cuando el Charley, en 2004.
Ellas no encontraron alternativas y se fueron a vivir a refugios (túneles que el Gobierno de Fidel Castro construyó por toda la Isla para que sirvieran de refugio en caso de guerra).
Estas dos artemiseñas llevan todo este tiempo viviendo allí, en condiciones infrahumanas, sin ni siquiera agua potable. “Un vecino me da un poco de su casa que traigo hasta aquí con una manguera”, cuenta una de ellas.
Se dedican a recoger los “mandados” que el estado entrega cada mes a las familias cubanas. Los vecinos le dan algo de dinero a cambio.
Una de ellas tiene a los hijos enfemos. Según cuentan, las autoridades saben de su situación pero están desamparadas. Nadie les ha propuesto una vivienda.
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