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Carta de una madre cubana a José Díaz-Balart: "Nuestros hijos también sufren la separación"

Yuliet Peña Macías sólo aspira a llamar la atención sobre el sufrimiento de los padres cubanos, que no es ni peor ni más grande que el de las familias centroamericanas separadas en la frontera con México. Sólo que nadie habla de los emigrantes de Cuba alejados de sus hijos, rotos de dolor por la paralización del Programa Parole y la lentitud de los procesos en las oficinas de Inmigración.


Este artículo es de hace 5 años

Yuliet Peña Macías se cansó de ver que en la televisión de Estados Unidos sólo se habla del sufrimiento de los padres de niños centroamericanos separados de sus hijos por la AdministraciónTrump, al intentar acceder ilegalmente en Estados Unidos por la frontera con México.

Se sentó y escribió una carta abierta al presentador de Telemundo51 José Díaz-Balart en la que reprocha que nadie repare en la historia de los cientos de padres cubanos separados de sus hijos y sin esperanzas de reencuentro a corto plazo tras la paralización del Programa de Reunificación Familiar Parole desde hace 9 meses. "Nuestros hijos también sufren por la separación", le recordó.

Yuliet Peña es de de Nueva Gerona (Isla de la Juventud) y lleva cuatro años separada de su hija Daylin, de 13 años, y de su hijo, Damián, de 20. Llegó a Estados Unidos después de recorrer la ruta migratoria desde Ecuador junto a su esposo y padre de ambos.

"Sabía que en la travesía podía suceder cualquier cosa. No los quise exponer. Soy adulta y responsable de mis actos pero si algo le hubiera pasado a alguno de ellos por mi decisión de traerlos conmigo... Por eso preferí dejarlos y que vinieran por la vía legal. Sin sustos", comenta a CiberCuba.

Cuando Yuliet salió de Cuba la niña tenía nueve años y el varón 15 y estaba en el preuniversitario. "Se graduó de 12 grado y yo no pude estar en su graduación. Es duro. La niña hizo pruebas de ingreso para una Escuela de Arte. Tampoco pude estar ahí. Ha tenido presentaciones. Mi familia me dice: 'Baila bello, es preciosa', pero yo no he podido estar en ninguna de las actuaciones de mi hija".

Su hijo acaba de terminar el servicio militar y va a empezar la carrera. "Toda esa etapa yo me la he perdido. Es verdad que fue mi decisión. Uno lo hace por buscarles un mejor futuro a ellos".

La hija de Yuliet desde que tenía tres años sabía que quería ser bailarina y modelo. "En la Isla de la Juventud si no tienes una buena pegada en la Escuela Nacional del Arte en La Habana, no entras. Mi hijo fue deportista y lo dejó porque no hay desarrollo del deporte", dice.

La niña ya no es una niña. Ella misma se lo dice a su madre: "Mami, yo soy una adolescente". Yuliet lamenta no haber podido estar ahí para acompañarla en su primera menstruación o para aclararle cualquier duda acerca del sexo. "Que te sientas realmente como lo que tú qiuerías ser cuando fuiste madre: ser amiga de tus hijos, que ellos confiaran en ti, que te preguntaran lo que fuera y tener una respuesta para que ellos no tuvieran que preguntárselo a más nadie, que no tuvieran que estar experimentando las cosas por ellos mismos sin ningún tipo de cuidado. Eso era lo que yo quería para mis hijos y esa etapa, esa transición de niño a adolescente, de adolescente a joven yo me la he perdido".

A ambos los reclamó en marzo del año pasado. Ahora Yuliet teme por el futuro de su hijo mayor, que en diciembre de 2019 cumple 21 años, por lo que no podría acogerse al Programa Parole al dejar de ser menor de edad. Eso retrasaría mucho más el reencuentro.

Esta madre cubana da gracias a internet porque ahora no concibe la relación con sus hijos sin IMO. La primera vez que hablaron con ellos al padre de los niños se le hizo un nudo en la garganta. "Gracias a IMO los podemos ver. La primera llamada que hicimos, no hablamos casi. Era todo el mundo llorando".

Yuliet tiene esperanzas en que los políticos hagan algo por madres como ella, por eso se permite soñar. Ella quiere que su niña llegue a Homestead, donde reside, y haga carrera en el mundo del arte. Su hijo empieza en septiembre la carrera de inglés. Sabe que en Estados Unidos, dominando el idioma es más fácil que se abran las puertas.

Con su carta a José Díaz-Balart ella sólo aspiraba a llamar la atención sobre el sufrimiento de los padres cubanos, que no es ni peor ni más grande que el de las familias centroamericanas separadas en la frontera con México. Sólo que nadie habla de los cubanos alejados de sus hijos, rotos de dolor por la paralización del Programa Parole y la lentitud de los procesos en las oficinas de Inmigración. "Se están demorando de 17 a 22 meses para aprobar un caso", concluye Yuliet.

A continuación, reproducimos la carta de Yuliet:

Homestead, July 26, 2018
Sr. José Díaz Balart:
“He visto cada uno de los reportajes que realiza acerca de la separación de las familias en la frontera, es realmente una situación desgarradora e inhumana. Es cruel ver cómo separan familias, incluyendo el lado más sensible, LOS NIÑOS​.
Pues bien, de eso se trata esta carta, de un tema que usted aborda mucho, pero desde solo un ángulo, las familias de los inmigrantes centroamericanos.
Existen miles de padres separados de sus hijos a los cuales también se deberían tener en cuenta, padres de todas las nacionalidades y razas, padres que como los centroamericanos, vienen a este gran país a darle un futuro mejor a sus hijos y ayudar a la familia que dejan detrás. Padres que dejan bebés y se convierten en niños, padres que dejan niños y se convierten en adolescentes, padres que dejan adolescentes y se convierten en jóvenes. Me refiero a esos padres que tambien abandonan su país por la miseria, la corrupción de los gobiernos, la guerra, la delincuencia, las carencias de productos de primera necesidad y de comida, por no existir un pago adecuado por el trabajo que hacen, porque no ven a largo plazo nada esperanzador para sus hijos. Dentro de esos miles de padres, también se encuentran los PADRES CUBANOS, que además de algunas de las razones antes expuestas, hay que sumarle que esa tierra que nos vio nacer, que esa patria libre y soñada, solo se queda en eso, en sueños. Porque no existe otra manera de romper esas cadenas de opresión que no sea tomando otros rumbos, incluso desconocidos e inciertos para muchos.
Esos PADRES CUBANOS llevan 3, 4 y hasta 5 años separados de sus hijos, no precisamente en Centros de Detención de Inmigración, sino en una prisión mayor llamada CUBA, donde todos conocen la situación imperante, usted también, porque Usted Sr. Diaz-Balart, es tan Cubano como nosotros. Comprendo que las condiciones de la separación no son las mismas, pero de cierta forma es muy parecida.
Nuestros hijos también sufren, también lloran, también se deprimen por no tener el calor de sus padres.
Es duro que al hablar con ellos te hagan la misma pregunta cientos de veces, cuando vamos a estar juntos?. Es duro cuando te dicen que te extrañan y te rompes en pedazos cuando te dicen “mami, te amo”. Es duro no poder despertarlos con un beso, no estar ahí para lidiar con sus enfermedades y sus miedos, es duro no poder disfrutar de sus logros personales, deportivos o artísticos, no poder estar en su graduacion de Bachiller, o cuando aprenden a leer y escribir, no ayudarlos con sus tareas escolares, es duro no estar ahí para compartir sus problemas e inquietudes o para brindarles tu regazo para que se refugien de un dolor o una decepción .
Como verán, nuestros hijos también sufren, sufren por esta separación que dura años debido a la lentitud de los procesos migratorios, especialmente en la Oficina de California y también por la incertidumbre como los casos de Reunificación Familiar (Programa de Parole) que está detenido desde el mes de septiembre del 2017, con el cierre parcial de la Embajada de Estados Unidos en Cuba, padres e hijos que vieron destruidas sus esperanzas casi en el umbral de su reencuentro y que todavía esperan con ansias una respuesta que no sea “se está buscando una solucion”, solucion que lleva casi un año y que al parecer todavía vagará de forma incierta por las penumbras del tiempo.
Le aseguro que hay mucho material para un gran reportaje periodístico que hará derramar muchas lágrimas y tocará muchos corazones, esperando que algunos de esos corazones sean de personalidades involucradas en la política, que pueden marcar una diferencia y se involucren de alguna forma en esta
triste historia que también trata de separación entre padres e hijos”.
Yuliet Pena Macias

Así dejó Yuliet a sus hijos:

Y así están ahora:

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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