Una cubana que se identifica en Facebook como Yula Guasanga decidió romper su pasaporte de la Isla. Luego lo metió en una batidora y lo frió en un sartén.
"Batido de pasaporte... bistec de pasaporte. Eso es lo que yo hago con el pasaporte cubano", dijo indignada.
La joven, residente en el extranjero, contó cómo el Gobierno extorsiona a sus ciudadanos con los altísimos precios del documento. Asimismo se refirió a que este termina siendo una estafa, en tanto las personas se entusiasman con viajar y hacer negocios para que al final Cuba restrinja la entrada de mercancías al país.
Varios cubanos han tomado la misma decisión de deshacerse del pasaporte como una forma de protesta. El escritor Armando Añel, exiliado en Estados Unidos, quemó el suyo en julio pasado en lo que él llamó un acto de liberación personal y de creación.
"El principal gancho con que el castrismo sostiene a su régimen es el chantaje emocional, esa cosa de la “patria” como nido y trinchera, esa cosa de “tener que regresar allí”. Pues para nada. Al quemar el pasaporte cubano, pongo en claro, a nivel práctico, que cualquiera es capaz de librarse de esa clase de chantaje, que sin libertad, la “patria”, el nido y la trinchera son conceptos vacíos de significado", dijo.
Según el más reciente informe de la firma británica Henley & Partners, correspondiente a octubre de este año, el pasaporte cubano pasó del lugar 71 al 76.
Los datos recopilados para el estudio confirman además que el pasaporte cubano es el que menos libertad de movimiento le ofrece a sus ciudadnos en toda Latinoamérica, con acceso a apenas 65 países.
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