Cientos de migrantes cubanos llevan días varados en el puerto de Necoclí, en la región colombiana de Urabá, intentando cruzar a Panamá para continuar rumbo a Estados Unidos.
Junto a ellos hay africanos también. Todos se han reunido en esa zona desde que el pasado 12 marzo la localidad de Capurganá, fronteriza con Panamá, decidió prohibir el paso los migrantes irregulares.
Los cubanos han montado carpas y casas de campaña para sobrevivir en ese lugar. Algunos han comenzado a trabajar como el caso de uno de los entrevistados en este reporte que da servicios de barbería.
Según cuentan, han llamado a la improvisada comunidad La Pequeña Habana, como el popular barrio de la ciudad de Miami.
En entrevista para Diario de Cuba una de las ciudadanas de la Isla explicó que los cubanos están llegando por decenas en guaguas.
"Llevamos diez días varados aquí (en Necoclí). Aunque hemos contado con el apoyo de la comunidad, estamos desesperados. Nuestra intención, y la de todos los migrantes cubanos, es continuar nuestro viaje hacia Estados Unidos, no quedarnos en Colombia ni crear problemas a las comunidades por las que pasamos", dijo.
Ella cuenta además que reunen dinero entre todos cada día para cocinar. A veces les regalan comida y otras la compran.
Otro de los migrantes entrevistados por la televisión local explicó que allí no tienen siquiera baños y cocinan con agua de mar.
Para poder hacer sus necesidades y bañarse deben pagar entre mil y dos mil pesos o de lo contrario hacerlo en plena playa.
Hasta el momento las autoridades de ese país no han informado a los migrantes qué solución darán. El martes está prevista una reunión para tratar el tema.
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