Este sábado tuvo lugar un encuentro entre manifestantes de extrema derecha y antifascistas de izquierda en la ciudad de Portland, Oregon.
Según dio a conocer la cadena CNN, al menos tres personas fueron arrestadas, aunque no queda claro a cuál de los dos grupos pertenecen.
En Twitter la policía escribió que una persona resultó herida, pero fue llevada inmediatamente al hospital.
El grupo de extrema derecha Proud Boys, dijo que el objetivo de la manifestación es "poner fin al terrorismo doméstico" y lograr que los miembros de Antifa, el movimiento de izquierda, sean declarados como una organización de este tipo, así reseña el sitio France24.
El organizador del evento, Joe Biggs, dijo a AP que le había pedido a quienes participaran en las manifestaciones que no trajeran armas o instigaran peleas, pero que se defendieran si llegaban a ser atacados.
Por otra parte miembros de Antifa, que está considerado como el grupo antifascista activo más antiguo de la nación, declararon que defenderían a la comunidad “de las personas que quieren hacerles daño”. Agregaron que lo hacían porque "los hemos visto atacar a personas en la calle, que eran esencialmente espectadores".
En la concentración la policía de Portland incautó escudos, barras de metal y madera, algunas usadas como astas de las banderas, y rociadores para repeler osos.
Al respecto el presidente de los Estados Unidos escribió un polémico mensaje en Twitter donde puso que la ciudad "está siendo observada muy de cerca", califica a Antifa de “organización del terror” y agregó "Esperemos que el alcalde pueda hacer su trabajo correctamente".
Ante esta última declaración el alcalde de Portland dijo a las cámaras de CNN “Mi trabajo hoy es estar concentrado en mantener la seguridad pública aquí”.
Así mismo consideró que las palabras de Trump no eran útiles porque “esta es una situación potencialmente peligrosa y volátil, y aumentar ese ruido no hace nada para apoyar o ayudar a los esfuerzos que se están llevando a cabo”, señaló.
Portland, considerada una de las urbes más progresistas de Estados Unidos, y que fue escenario en 2016 de algunas de las protestas más multitudinarias tras el triunfo electoral del presidente Donald Trump, vivió en agosto de 2018 otras manifestaciones de este tipo que no generaron mayores incidentes.
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