Aniara Hernández Carmenate pagó hace cinco años un terreno que le otorgaron las autoridades del municipio Habana del Este, pero todavía hoy no ha podido disfrutar de él y se encuentra sin vivienda, según explicó a Cubanet.
"El terreno me lo otorgó Planificación Física Habana del Este. Es un terreno vago que vale 1632 pesos y me cobraron 2632. Me pasé un año para que me devolvieran los mil pesos de diferencia y no me pudieron hacer la devolución", denunció.
Esta nieta de un combatiente cubano de la Revolución, que identificó como Abraham Carmenate Betancourt, denuncia la situación que está viviendo.
El terreno se lo otorgaron por su condición de "caso social", puesto que su hijo sufre un retraso mental. "Siendo él (su abuelo) que luchó tanto por la Revolución y nadie es capaz de darme una solución", lamenta.
"He echado cartas al Consejo de Estado, y a todos lados, pero lo único que hacen es engavetarlas y no me dan una solución. La excusa que han dado es que es un terreno pantanoso. Y yo me pregunto entonces, ¿para qué me lo vendieron?", añade.
Optó por ocupar de forma ilegal en apartamento que estaba vacío y fue desalojada. "Me colé en un apartamento porque estoy en la calle, pero me desalojaron por la fuerza antes de las 72 horas. Me dejaron en la calle con mi hijo, y se supone que este estado no deja a nadie en la calle, y mucho menos si es un caso social", detalló al citado medio.
Actualmente se encuentra viviendo en casa de una anciana, pero el hijo de la mujer saldrá próximamente bajo libertad condicional y ya no podrá seguir en el domicilio. "Estoy aquí gracias a una amiga mía, que habló con la señora de la casa para poder estar en la vivienda. Su hijo ahora de libertad condicional y no pudo estar aquí ya", dijo.
"Me dijo, con mucho dolor, que cuando su hijo saliera me tendría que marchar. Bastante tengo que agradecer a la señora", apuntó.
Hernández también reveló que fue víctima de un intento de soborno y de abuso por parte de un abogado que, presuntamente, iba a ayudarla: "el abogado Geovani se encerró conmigo en una oficina y me dijo que para que mi caso estuviera antes de este mes tenía que pagarle 30 dólares y me tocó un seno", asegura.
"Estoy nerviosa, alterada y a punto de volverme loca con el problema de la vivienda", añade.
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