En Rusia, cada agresor que decida golpear a su pareja tendrá una segunda oportunidad.
Al menos eso es lo que se infiere de la polémica ley que ha sido firmada por el mandatario ruso Vladimir Putin hace apenas unas horas.
A partir de este momento, la violencia de género no se considerará como tal, siempre y cuando el agresor no vuelva a incurrir en ella en el transcurso de un año.
Además, propinar moretones, arañazos y mordidas no será considerado un delito criminal, si no una falta administrativa.
Según datos oficiales, entre 12 mil y 14 mil mujeres mueren a cada año en Rusia a manos de sus parejas.
Sin embargo, el mandatario ruso parece ser del criterio de que "la justicia rusa se inmiscuye demasiado en los asuntos familiares".
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