A Juany y a su hermano mayor les ha unido desde siempre su amor por los autos. Aunque son hijos de madres diferentes, su padre consiguió inculcarles una pasión común que ha sido una de sus mejores aliadas ahora que están separados.
"Me encanta manejar porque mi padre toda la vida ha sido chofer" confiesa este joven cubano, técnico medio en informática, dedicado a hacer recorridos turísticos en la capital.
Su testimonio ha sido recogido en la campaña de Rebtel Tan lejos Tan cerca, que homenajea a los millones de cubanos que han visto emigrar a un ser querido.
Juany, tiene 26 años, reside en Cuba y es conductor de un almendrón. Su hermano mayor vive desde hace siete años en Estados Unidos, donde maneja una rastra.
Hablan casi todas las semanas y a veces hasta se acompañan en sus trayectos de carretera, como cuando el mayor llama a su hermano en la Isla, como remedio idóneo para no quedarse dormido cuando conduce de noche.
"Cuando me comunico con él, él me eneña fotos del carro que tiene y yo le enseño del que estoy manejando y estamos en el tema ese de competencia. La única desventaja que tengo es que siempre pierdo", señala jocosamente.
La distancia para él, no es nada buena, sino es triste, aunque reconoce que saber a su hermano bien y cumpliendo su sueño, le da aliento y le ayuda bastante.
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