Calín, un famoso curda de Sagua La Grande, llamaba Papalotes en almíbar a las muelas y situaciones insensatas y carentes de sentido, incluidos pronunciamientos del entonces gobierno revolucionario y, el villaclareño presidente Miguel Díaz-Canel, debió conocer u oír hablar del personaje porque en México anduvo todo el tiempo empinando chiringas en arrope.
La visita a México y la posterior participación en la cumbre de CELAC fueron sonoros fracasos porque durante la primera, Brigadas de respuesta rápida mexicanas agredieron a cubanos emigrados, por orden de Díaz-Canel. incitador de odio con su dramático llamado a la guerra civil el 11 de julio, cuando las FAR se estrenaron como represores del pueblo.
En la reunión de países de países latinoamericanos y del Caribe, al mandatario se le enredó la pita, apostando por la unidad en la diversidad, otra de sus piruetas políticas: Consejos vendo que para mi no tengo; pues Díaz-Canel es el principal obstáculo a la diversidad en Cuba, empezando por la política, pero se da el lujo de soltar la frase para incautos, gusañeros y vividores de la solidaridad con el comunismo de compadres, desde distantes riberas.
Díaz-Canel sabía que del travestido político López Obrador solo podía esperar muela con truco porque está sujeto de pies y manos por el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y su jugoso contrato como alguacil migratorio de Washington en la región; además que el estado cubano no puede hacer frente a la mayoría de los pagos, incluidas deudas anteriores y con el capitalismo hemos topado.
El alquiler de médicos y personal sanitario cubanos durante el pico pandémico de coronavirus se materializó con un acuerdo entre el MINSAP y los gobiernos de Ciudad de México y Mérida, porque el estado está limitado por cláusulas de incompatibilidad del TLC, que nada tienen que ver con el embargo, sino con la propia naturaleza jurídica del acuerdo bilateral, tan beneficioso para México, pero que parte de MORENA, coalición gobernante, cuestiona.
En Mérida hubo algún lío con los médicos cubanos porque nunca aparecieron en los centros asignados para que vendieran sus cualificados servicios, aunque en los registros de entrada a México aparecieron 204 profesionales sanitarios con destino a esa ciudad del Caribe mexicano, en vuelo de la Fuerza Aérea mexicana.
Bruno Rodríguez, que estaba calladito desde su garrafal metedura de pata con el canciller de Canadá, no pudo evitar la azucarada tentación papalotera y calificó la visita de histórica y extraordinaria, quizá refiriéndose a los apuntes en Ecured y Wikipedia y a la incoherencia extra-ordinaria que implica mandar agredir a cubanos emigrados, aunque luego Soberón pase el sombrero, diciendo que quieren normalizar los vínculos con la emigración cubana.
Si Soberón escuchara diez minutos al coronel (r) José Boajasán Marrawi descubriría que la nostalgia no siempre es políticamente rentable, aunque deje ingresos, y la debilidad de La Habana es de tal magnitud que un Mariel o Maleconazo, natural o inducido, puede generar un respuesta indeseada de Estados Unidos y la muerte política de Díaz-Canel.
Rodríguez Parrilla, ya empinado, dijo que el discurso de Díaz-Canel ante CELAC fue "enérgico"; energético no pudo ser con el apagón general y porque mi amor, nos hemos quedado sin combustible, como reveló el propio Díaz-Canel a una angustiada pinera sin poder cocinar.
Otra serpentina para la glorieta porque el único representante de una dictadura totalitaria estuvo rodeado por presidentes elegidos democráticamente y que ningún soldado a sueldo de La Habana se rasgue las vestiduras porque democrático no es solo votar, sino poder elegir entre varios candidatos de diferentes opciones políticas, posibilidad vedada a los cubanos porque ya se encarga la Asamblea Nacional de elegir al elegido previamente por la casta verde oliva y enguayaberada.
Los presidentes de Ecuador y Uruguay pusieron sus dedos en la llaga; pero esa foto de un joven dictador rodeado de demócratas es continuidad histórica y extraordinaria; aunque la mayoría de mandatarios disimule para seguir usando el hambre y la pobreza de Cuba a su favor en el equilibrio geopolítico con Estados Unidos.
A la mayoría de naciones latinoamericanas y caribeñas no conviene que Cuba sea libre y democrática porque la sinergia entre capital humano -mérito de la revolución- y el know how de la solidaria y democrática emigración cubana, colocaría a la isla -en un plazo de tiempo razonable- por delante de muchos de ellos.
El miedo a la pujanza y el liderazgo de una Cuba democrática es la verdadera causa de la complicidad de la mayoría de los países latinoamericanos con la añeja dictadura, revestida de solidaridad antimperialista; con la ventaja de disponer de cerebros y mano de obra cualificados a precio de emigrante.
Pero el cínico López Obrador y el resto de hipócritas de la comparsa latinoamericana y caribeña no son los verdaderos culpables de la tragedia cubana, solo son unos aprovechados; los verdaderos culpables del absurdo drama cubano son Raúl Castro, López-Calleja y Díaz-Canel, que debía aprovechar el trauma del 11J para hacer los cambios que Cuba demanda cada vez con más fuerza, pero carente de valor democrático, se pone a empinar papalotes en almíbar con aguaje y mentiras.
Y, aunque muñequitos de La Habana y gusañeros se afanen en vender éxito donde solo cenizas halló Díaz-Canel; la verdadera relación entre México y Cuba está por escribirse y valdría para una apasionante novela de espías porque el país vecino fue la principal vía para la entrada de la CIA a La Habana, que respondió con un megacentro de Inteligencia, que penetró numerosas murallas aztecas; mientras policías y funcionarios mexicanos chivateaban a Langley a personalidades e intelectuales de América Latina y el Caribe que cogían vuelos de bautizo revolucionario para La Habana, que entonces se inventó la vía Praga para insurrectos.
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