Los más de 10 mil vecinos de la comunidad de Mataguá, ubicada en el municipio Manicaragua, Villa Clara, se enfrentan desde hace años a una preocupante escasez de agua potable, viviendo un constante estado de frustración y descontento.
La ironía del asunto radica en que el acueducto de Hanabanilla-Santa Clara pasa a tan solo un kilómetro del pueblo, agravando la sensación de injusticia y falta de soluciones adecuadas.
En los últimos meses, el problema ha adquirido mayor relevancia debido al aumento excesivo de los precios, lo que dificulta enormemente a los residentes pagar hasta 1,200 pesos por un camión cisterna de agua potable, dijo a CiberCuba un vecino del lugar, que pidió el anonimato por temor a represalias.
"Esta situación ha sido planteada repetidamente en las reuniones, pero siempre fue ignorada por un jefe de gobierno, que por suerte ya no está en el poder", explicó. "Siempre decía a los vecinos la misma respuesta: No hay una solución".
Esta falta de apoyo por parte del gobierno local llevó a que los habitantes expresaran públicamente su descontento y enviaran cartas al Comité Central y el Consejo de Estado, aunque muchos sienten que sus esfuerzos son ignorados.
Sin embargo, después que nombraron a un nuevo jefe de gobierno, con más prestigio que su predecesor, se estás haciendo algunas cosas para revertir la crisis provocada por la escasez de agua potable en el pueblo.
A pesar de que hay cierta satisfacción, muchos sospechan que dure poco en el cargo, porque es un dirigente que resulta incómodo para altos funcionarios, como la presidenta municipal Madelaine Hernández García.
"Consideran que es una piedra en el zapato y están buscando destituirlo, siguiendo la típica mentalidad comunista de silenciar a aquellos que se atreven a protestar o actuar en contra del sistema", lamentó el vecino de Mataguá.
Mientras tanto, los pobladores se enfrentan a prácticas abusivas por parte de los proveedores de agua potable, conocidos como piperos, que establecen precios excesivos para el suministro del líquido.
Además, algunos habitantes venden agua extraída de pozos o mediante sistemas de turbina, lo que vuelve aún más insostenible la situación, porque no todos tienen el dinero que piden.
Pero la falta de una solución adecuada no es solo para para la escasez de agua potable, por eso muchos en el pueblo se quejan de los microvertederos y la deficiente cobertura de telecomunicaciones.
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