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Herich Ruiz: "Estoy muy contento conmigo mismo y espero conquistar a los seguidores del boxeo"

"Llegué a los Estados Unidos el 4 de junio del pasado año, después de una travesía muy difícil junto a mi gran amigo Kevin"

Boxeador cubano Herich Ruiz "La Amenaza" © Cortesía del entrevistado
Boxeador cubano Herich Ruiz "La Amenaza" Foto © Cortesía del entrevistado

El pinero Herich Ruiz forma parte de un grupo de púgiles cubanos de peso máximo que sueña con una faja mundial en el boxeo rentado estadounidense.

Proveniente de la selección nacional, que abandonó el pasado año durante la celebración en Guayaquil del Torneo Panamericano del deporte, Herich estableció lazos en Estados Unidos con la promotora Warriors Boxing, la misma que se encarga de las carreras de otros dos boxeadores cubanos con mucho futuro: Kevin Brown y David Morell.

Muy agradable resulta conversar con este muchacho que sueña con adueñarse de importantes fajas al máximo nivel del boxeo mundial.

Boxeador cubano Herich Ruiz (izquierda)

Herich ¿cómo te ha ido en el boxeo profesional?

Primero quisiera saludarte. Un placer conocerte. Te cuento que me he adaptado bastante rápido a este boxeo, aunque me faltan muchas cosas por aprender. Siempre he sido ese boxeador que se afinca al golpear y trabaja mucho al cuerpo, lo que son cosas fundamentales en este tipo de boxeo. Lo que más me ha sorprendido es cómo he ganado en pegada, que en mucho se debe al gran trabajo que he realizado con mi preparador físico.

Háblame de tu subida de peso de los 86 kilos a los completos.

Al llegar a Estados Unidos, los promotores hablaron conmigo a ver si podía bajar a las 175 libras, lo que acepté pues podía tener un gran futuro en ese peso. Soñaba con enfrentar a Canelo Álvarez, quien es mi boxeador preferido.

Sin embargo, no pudo ser. Imagínate Julita que sólo bajar a las 187 libras (en Cuba siempre fui un 91 kilos, unas 200 libras) me resultó difícil. Entonces se deciden porque haga mi peso, el crucero, las 200. Era mi ideal y, aunque sé que tengo que sortear obstáculos, puedo lograr mi meta de llegar a reinar en el mejor boxeo del mundo. En esta división hay muchos excelentes púgiles.

Debo agradecer a mi entrenador Bob Santos, que me motiva mucho y me insta a la batalla sobre el ring. Él me hace hincapié en que muchos de los buenos poseen mi estatura (seis pies tres pulgadas, no tan alto como caracteriza este peso) y han conseguido títulos en el máximo nivel.

Yo voy a mí; en esta categoría he competido internacionalmente, he obtenido cetros. En sparring he combatido con buenos rivales como el prospecto Jared Anderson y con el campeón olímpico francés Tony Yoka y mi equipo de trabajo se ha quedado sorprendido favorablemente con mi velocidad y pegada.

Hoy día estoy muy contento en la forma que va desarrollándose mi carrera después de una demora para debutar, que se materializó el 11 de diciembre de 2022. Tuve que ganar más en peso y ponerme bien físicamente para esta división.

¿Cuál fue el resultado?

Gané por nocaut en el primer asalto. En este momento me encuentro con un récord de 3-0 y las tres victorias por ko. Ahora tengo ante mí muchas fechas de peleas, lo que me proporciona confianza y deseos de crecer en cuadriláteros cada vez más importantes. Estoy muy contento conmigo mismo y espero conquistar a los seguidores del boxeo.

¿Qué diferencias encuentras entre el boxeo profesional y el amateur?

Entre el boxeo profesional y el amateur hay una gran diferencia y más para nosotros los cubanos que nos caracterizamos por poseer muy buenos desplazamientos. El profesional es más afincado (algo que me caracteriza), no puedes desgastarte mucho en los primeros asaltos, hay que administrarse para un combate largo. En el aficionado no puedes dormirte porque se te acaba la pelea.

Como aficionado ganaste un bronce mundial en Serbia perdiendo el pase a la final ante otro cubano, Loren Alfonso. De ese Herich al actual ¿cuánto has avanzado?

Gracias a Dios tengo los entrenadores perfectos, los que necesitaba: Richard Barrientes Jr y Bob Santos; el primero me ha enseñado mucho técnicamente, a no desesperarme al golpear, a ser un boxeador más organizado e inteligente.

Bob me muestra “la maldad” de este boxeo. Mira, ahora he ganado mucho en pegada con las dos manos, algo muy importante en mi peso; antes no era así.

Boxeador cubano Herich Ruiz

¿Cómo llegaste a Estados Unidos? Presumo que tú y Kevin “Alfa” Brown hicieron el recorrido juntos.

Llegué a los Estados Unidos el 4 de junio del pasado año, después de una travesía muy difícil junto a mi gran amigo Kevin. Como él ya te narró partimos desde Ecuador.

En esa nación andina estuvimos dos meses entrenando hasta que tuvimos las mínimas posibilidades y decidimos emprender el camino cruzando la dura selva del Darién que hace frontera con Colombia y Panamá; era muy difícil de otra manera.

Soñábamos con triunfar en el boxeo profesional, mejorar nuestras vidas y las de nuestras familias. Entramos en la selva el 11 de mayo, fecha de mi cumpleaños y esa madrugada lloré muchísimo. Interioricé lo que significa ese día sin estar junto a mis seres queridos.

Cruzamos Panamá, Nicaragua, Honduras, México… ¡hasta llegar aquí!. La mayor parte de esa travesía la hicimos sin coyotes, nosotros nos apoyábamos uno en el otro, ni un segundo nos separamos.

Estábamos destinados a ser libres y poder luchar por nuestros sueños pues a muchos los deportaron mientras nosotros solos pudimos avanzar sin tener que pagarle a un coyote.

Este largo y tortuoso camino, parafraseando la célebre canción de los Beatles, nos ha marcado para toda la vida. Yo estoy muy feliz de haberlo pasado con Kevin. Al llegar pude conocer a su padre, un gran luchador clásico Odelis Herrero, quien me acogió como a un hijo más.

Gracias a Dios cuento con Kevin como un hermano, somos familia; los dos entrenamos en el mismo gimnasio y luchamos para darle un gran futuro a nuestra familia.

¿Desde cuándo pensaste abandonar el equipo nacional?

Esa decisión la tomé en Cuba desde hacía mucho rato; esperé un país que me diera la oportunidad de llegar aquí ¿te digo más? Me decidí en el torneo Playa Girón de 2018, cuando fui despojado de la victoria y sin embargo, el comisionado nacional de boxeo Alberto Puig de la Barca tuvo a bien premiarme como el mejor boxeador, el más combativo, el más técnico, la mejor pelea.

¡Cuéntame! Todos sabían que no perdí ni un asalto; luego dicen que sancionaron a los árbitros. Yo estaba en mi mejor forma, tenía la confianza de ser el campeón nacional y los jefes no querían un enfrentamiento mío con Julio César La Cruz.

Después, al siguiente año, vino la pandemia. Yo estaba en casa y escogieron a las dos primeras figuras para hacer una preparación en Camagüey para un evento que iban hacer en esa provincia y resulta que, sin aviso previo, me llaman para que pelee con La Cruz, combate cerrado que perdí.

Entonces me dije: ¿así? ¡no! Para nada vale el sacrificio si todo está predeterminado ¿qué confianza puede haber? Cuando estaba en plenitud me quitan la pelea; fuera de forma me llaman para perder. En los tiempos que estaban los entrenadores Raúl Fernández, Julián Ricardo González Cedeño, Julio Mena no era así la cosa.

Me molestaba muchísimo que no respondieran a nuestras exigencias, siempre era un cuento. No me importó la medalla de bronce en el Mundial de Serbia en 2021. Siempre supe que el premio para nosotros era un engaño, que nunca ese dinero nos lo iban a pagar.

Sé que tienes un bebé de dos añitos. ¿Cómo ves el futuro? Háblame de tu familia.

Mi hijo y mi esposa viven en La Habana. Fue muy duro separarme de ellos, éramos inseparables, disfrutábamos cada minuto. Ha sido muy dura la separación. Yo todos los días hablo con ellos y espero con ansias que les llegue el patrocinio. Nuestra unión será mi mayor y más esperado triunfo.

En cuanto a mis padres, ¿qué decirte? Yo soy muy apegado a ellos. Aunque ellos estaban en la Isla y yo entrenando o compitiendo, nada más tenía un momento libre, iba para Gerona.

Ellos no se esperaban el paso que di, máxime después de subir al podio mundialista. Ahora están felices porque ven mi avance y que puedo aspirar a otra vida… ¡libre y con un futuro mejor! No me arrepiento. Lo haría otra vez. Sueño con verlos, abrazarlos y sé que lo conseguiré.

¿Dónde vives, cómo es tu vida?

Estoy viviendo en Las Vegas junto Ariel Pérez, Darián Faviel Castro, Brayan León y Alex Michel Pérez; nos llevamos de maravilla, estamos bien juntos. Me alegra haber convivido con ellos tantos años en el equipo nacional y ahora vivir en una misma casa. Todos trabajando por lograr nuestra quimera.

¿Qué opinas del deporte cubano actual?

Todos tenemos familia y no luchamos solo para ganar medallas. Eso era antes; la realidad ahora es otra. ¿Qué hay del día de mañana y que tu hijo te pregunte qué lograste con tanto esfuerzo?

Yo soy de la Isla de la Juventud y miro al mismísimo Alfredo Duvergel, con tantas victorias, con tanto historial, su medalla de plata olímpica y me veo así a su edad ¡Por Dios! Y como él hay muchos, que nadie recuerda, que viven en la pobreza, que no tienen sueños.

Entonces a nosotros nos denominan traidores cuando la traición, el engaño me lo hicieron a mí que ni un centavo recibí de los 25 mil dólares que gané en el Mundial. Todavía dicen que no ha llegado el dinero a Cuba ¿Hasta cuándo las mentiras? Puig de la Barca transformó la escuela cubana de boxeo, tan respetada junto a su fundador el Dr. Alcides Sagarra, en un cieno repleto de favoritismo y corrupción.

Cada vez son más los deportistas de cualquier disciplina que abandonan Cuba en pos de materializar sus sueños. Ahora mismo compartes con varios de ellos ¿qué me dices al respecto?

Sigo mucho las actuaciones de mis amigos, me complace que tengan la posibilidad de competir como boxeadores profesionales, me alegra también el éxito de todo cubano en cualquier deporte. Y así, si no cambian las cosas, seguirá desangrándose el movimiento deportivo cubano.

¿Tus sueños? ¿Por qué La Amenaza?

Soy un boxeador muy combativo, soy capaz de lograr lo que quiera. Voy a luchar incansablemente por lograr ser campeón mundial para cumplirle ese gran sueño a mi padre que siempre me lo dice y sí, claro que puedo lograrlo.

Si hay boxeadores como Frank Sánchez que ha perdido conmigo y está al punto de lograrlo ¿cómo yo no voy a poder?

Jajajaja y me llaman La Amenaza porque Kevin siempre me ha llamado así y yo estaba buscando un apodo para ser identificado y no encontraba uno y el propio Kevin me dijo: “ponte La Amenaza” y así me quedé.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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