“La madre, esté cerca o lejos de nosotros, es el sostén de nuestra vida. Algo nos guía y ampara mientras ella no muere. La tierra, cuando ella muere, se abre debajo de los pies”, escribió José Martí en el periódico Patria, en 1892.
Y el cine cubano también ha sostenido el culto que los cubanos rendimos a nuestras madres. He aquí diez personajes antológicos en cuanto al retrato de la maternidad entendida como sacrificio, desinterés y ternura.
1. Retrato de Teresa (1979) de Pastor Vega: Tensionada por la infidelidad de su esposo y las crecientes exigencias de su centro de trabajo, Teresa (Daisy Granados) es además la madre atenta, capaz de jugar con sus hijos, de acostarlos contentos y despertarlos con alegría, aunque se esté cayendo en pedazos. Primero, es madre de tres hijos, y luego vienen todas las demás consideraciones.
2. Se permuta (1983) de Juan Carlos Tabío: Rosa Fornés es la madre de una jovencísima Isabel Santos a la que adora hasta el punto de querer resolverle la vida con un matrimonio por interés, y una mansión en El Vedado.
3. Los pájaros tirándole a la escopeta (1984) de Rolando Díaz: Consuelo Vidal le da vida la madre sencilla, dedicada, amorosa, que descubre la posibilidad de vivir su vejez acompañada y ahí llega el conflicto con el hijo, aunque apenas hay males mayores, porque se trata de un conflicto familiar y entre madre e hijo nadie se debe meter.
4. Una mujer ante el espejo (1985) de Marisol Trujillo: Documental sobre la bailarina Rosario Suárez y el difícil conflicto que representa atender a una carrera triunfal sobre la escena o el imperativo de ser madre y abandonarla al menos durante dos años.
5. Plaff o demasiado miedo a la vida (1988) de Juan Carlos Tabío: Daisy Granados es la madre histerizante, rígida, mandona, incapaz de permitirse momentos de comprensión con los más jóvenes, y con un miedo tremendo a perder el control de la familia. Evidentemente el personaje alcanzaba relieve simbólico.
6. Madagascar (1993) de Fernando Pérez: Una madre y una hija que no se entienden, una está cansada, aburrida y frustrada, la otra busca constantemente alicientes espirituales. Terminan cambiando papeles y entonces la hija se aburre y la madre quisiera cambiar, viajar, irse a un lugar lejano y desconocido como Madagascar.
7. La vida es silbar (1998) de Fernando Pérez: La madre adoptiva de Elpidio, de apellido Valdés porque crece en un orfanato, se llama Cuba, y lo abandona cuando más la necesita Elpidio. Porque Cuba lo enseñó pensar y luego se lo impide.
8. Video de familia (2000) de Ernesto Padrón: El padre inflexible, y los hijos viviendo cada uno por su rumbo, fuera de Cuba o en los márgenes. Es la madre (Verónica Lynn) la que debe poner orden, desde la autoridad del cariño y la tolerancia, y sentar las pautas, y recordarle a todos que lo principal es la familia.
9. Miel para Oshún (2002) de Humberto Solás: Jorge Perugorría busca a su madre por toda Cuba. No la ve desde la operación Peter Pan que los separó durante treinta años. La película sigue el itinerario del dolor de esta madre, finalmente encontrada por el hijo en Baracoa, donde la mujer se retiró a tratar de superar sus duelos. El reencuentro madre-hijo está entre los momentos más emotivos del cine cubano.
10. José Martí, el ojo del canario (2009) de Fernando Pérez: La madre del Apóstol, Leonor Pérez (Broselianda Hernández) nunca comprendió a cabalidad la grandeza espiritual y la enormidad intelectual de su hijo, pero lo acompañó, e intentó protegerlo, como solo sabe hacerlo una madre, en el calvario que fueron sus años de adolescente inconforme e idealista. Es la madre que le suplica que grite Vive España cuando se lo exigen, y la que llora con él sus penas en el Presidio Político.
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