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11 cosas “locas” que puedes hacer en Cuba sin parecer un demente

Por costumbre o acervo cultural del cubano, muchas de las excentricidades que pudieran escandalizar a los visitantes foráneos en su país de origen, pueden parecer perfectamente normales o pasar desapercibidas en la isla caribeña. A continuación le dejamos algunas ideas “locas” que podrás aprovechar en tu paso por Cuba:


Este artículo es de hace 7 años

Por costumbre o acervo cultural del cubano, muchas de las excentricidades que pudieran escandalizar a los visitantes foráneos en su país de origen, pueden parecer perfectamente normales o pasar desapercibidas en la isla caribeña. A continuación le dejamos algunas ideas “locas” que podrás aprovechar en tu paso por Cuba:

1. Bailar en la calle: Si paseas por el Malecón o La Habana Vieja y puedes fácilmente toparte con algún trovador, un grupo musical callejero o los famosos zanqueros, quienes a paso de conga te obligarán a mover el esqueleto. También son muy populares los llamados “bonches” o fiestas de puerta abierta a la calle, adonde está invitado todo el que pase. En el Casco Histórico capitalino varias paladares ofrecen música en vivo, que normalmente incitan al baile a cada transeúnte.

2. Caminar por el Malecón con un mojito en la mano: Nadie va a pensar que tienes un “problemita” con la bebida o que eres un excéntrico. Para muchos cubanos el Malecón es un espacio más de esparcimiento, tan legítimo como el mejor bar o la más divertida de las discotecas. Allí es muy común encontrarse a cientos de personas, parejas, familias y amigos que se reúnen a conversar, bailar, tocar guitarra o simplemente observar el mar en la compañía de una botella de vino.

3. Cantar a dúo con el chofer de tu almendrón: Si tienes que abordar un almendrón cubano, debes saber que los “boteros”, o conductores de taxis en Moneda Nacional, no tienen reparos en zamparte la música que escojan, a los decibeles que más les convengan. Tienes dos opciones: bajarte y decirle “cuatro cosas” por desconsiderado, o dejarte llevar, ver el momento como una experiencia irrepetible y acompañarlo en un dúo musical, lo cual podría hasta sumar las voces a coro del resto de los pasajeros.

4. Mojarte en los aguaceros de mayo: Si estás en Cuba en mayo y te cae un aguacero encima, relájate, es de buena suerte, sobre todo si es la primera lluvia del mes. Los cubanos somos muy supersticiosos y creemos que la lluvia purifica el espíritu y se lleva todo lo malo. Asimismo, con el intenso calor que distingue al eterno verano cubano, una lluvia siempre es bienvenida.

5. Andar la ciudad en sandalias o chancletas (flip-flops): No es nada extraño ver a la gente en las cómodas chancletas por la calle, el caluroso clima reinante en casi todo el año obliga a ser prácticos por encima de la etiqueta. Shorts cortos, pullovers de tela fina y sandalias o chancletas son la mejor opción, siempre que no tengas una entrevista de trabajo, claro está.

6. Montar carruaje de caballos: Como en tantas otras ciudades patrimoniales del mundo, los carruajes arrastrados por caballos son una forma de transporte que responde a una atracción turística, en la isla es muy común ver estos carros coloniales, abriéndose paso por La Habana y otros centros históricos del país. Aunque el cubano no los utiliza para trasladarse, los carruajes ya pasaron su momento de excentricidad y ahora es un elemento más que compone el paisaje urbano.

7. Hablar alto: El cubano habla alto sin reparar en que ello pueda ser visto como mala educación, somos así, es un rasgo que muchos foráneos nos critican. Así que si eres del tipo tímido, es tu oportunidad para elevar los decibeles de tu voz, agudizar tu tono y decir lo que piensas, porque de otra forma quizás ningún cubano te escuche.

8. Besar en público: Si en tu país de origen son mal vistas las muestras de afecto íntimo de puertas para afuera, la isla puede ser un buen lugar para que te desinhibas y beses a tu pareja en la misma calle, lo que no es un llamado al desorden público, sino un motivo para dejarte llevar por la dinámica de un país caracterizado por su matiz cálido y humano.

9. Llegar a comer sin avisar: En Cuba llegar a una casa y “pegar la gorra” o quedarse a cenar como quien no quiere la cosa, es algo de lo más común y alejado de la suprema mala educación que podría resultar en otros países. En tal sentido, en una casa cubana siempre se cocina de más y no se tiene ningún reparo en brindar la mitad del picadillo, poner a freír otro huevo o aguar los frijoles, con tal de gozar de una grata visita.

10. Sentarte a chatear en un contén: Cuando precises conectarte a Internet en la isla, olvídate de hacerlo donde te plazca, ya existen zonas elegidas para el acceso inalámbrico a la red de redes y no, no son de lo más cómodas. Por lo general, las áreas Wi-Fi en Cuba dado su reciente boom se ubican en la calle, sobre todo en las principales avenidas o parques, donde se acumulan cientos de personas diariamente. Es muy difícil entonces alcanzar un lugarcito acogedor, probablemente terminarás actualizándote con tus amigos del Facebook sobre un contén, una piedra y hasta en un árbol.

11. Colgar un candado cerca del mar como muestra de amor: Como mismo sucede en París, en Cuba existe un lugar donde, desde principios de año aproximadamente, los enamorados han iniciado la tradición de cerrar candados en torno a las estructuras metálicas que conforman el paseo marítimo de la Alameda de Paula, sita en La Habana Vieja.

¿Se te ocurren otras cosas "locas" para hacer en Cuba?

(Imagen tomada de: actualidadviajes.com)

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