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Unknown cocktail: diez "forritos de cojones", por favor

CUENTO: Un inglés llega a un bar de Cuba a la hora del cierre y le preparan una bebida especial.

Cibercuba
Unknown Cocktail Foto © Cibercuba

Este artículo es de hace 5 años

La Habana fue declarada ayer Capital Iberoamericana de la Coctelería 2018. El autor de este cuento homenajea a todos los cantineros cubanos, a Pedrito Pangola y a Felipe, protagonistas de esta historia, especialmente al primero, que fue quien se la relató hace ya muchos años en el lobby bar del Hotel Pasacaballos, en la provincia de Cienfuegos.

Eran las 12 de la noche y lo único que habíamos tenido durante todo el día en el bar era un tedio que parecía no terminar nunca. Felipe y yo nos lamentábamos de la mala suerte que habíamos tenido ese día cuando de repente, por la escalera del lobby, apareció un rostro conocido. Caminó hacia el bar y a escasos cinco metros de nosotros, alzó la voz y gritó:

- Peter ¡my friend!

Era John – desde ese día y durante los días subsiguientes lo apodé “John the Salvation” - y venía acompañado por nueve amigos más.

A John - que ni siquiera sé si se llamaba así, John - lo conocimos en el turno anterior, hacía 2 días, a las 3 am, cuando Felipe y yo nos disponíamos a cerrar el turno, hacer el inventario y cuadrar las ventas.

Se nos apareció en el bar en plena madrugada. Nosotros casi dormidos ya, deseosos de coger un repelón y aquel inglés, borrachón, trasnochado y extraviado, aparecido de la nada y con unos deseos de tomar y joder increíbles nos preguntó la hora y cuando le dijimos que eran las tres a.m. balbuceó:

- Temprano…temprano. No cerrar…no cerrar, plisssssss.

Pronunciando la S del plis, me escupió a la cara, se acomodó en una banqueta de la barra y con los ojos semicerrados expresó:

- Amigos… one drink… plisssss. No mojito… no Cubalibre. Another… another…plisssss.

Comencé a mencionarle nombres de cócteles y él a responderme que no, que ese no, que another.

- ¿Daiquirí?
- No, otro, otro…
- ¿Cubata?
- No, otro, otro…
- ¿Screwdriver?
- ¿Vodka? Shitttttt, no…another…another.
- ¿Bloody Mary?
- Damn…¿Bloody…what? No no no…another, another…. cuban…cuban drinks…
- ¿Cubanito?
- Mmmm....no, otro, otro...
- ¿Cuba Bella?
- Ayer probar....no bueno...another, another
- ¿Ron Collins?
- No, another, ....ya conocer Ron Collins.

Y así fui mencionándole cóctel tras cóctel, todos cubanos, y él a decir que no, que another, que ese ya lo conocía, hasta que Felipe encabronado, y esperándome en la caja registradora con los vales de las ventas del día y deseoso de salir de John me dijo desde el otro extremo de la barra.

- Peter, pa’ que no joda más…hazle un “forrito de cojones.”

John pegó un brinco en la banqueta, abrió los ojos y encaró a Felipe algo exaltado.

- ¿Tú decir…what? Rrrrrepeat… ¿Fourrrrito…?
- De cojones – expresó casi que en un bisbiseo Felipe, temeroso de que John hubiese entendido su falta de respeto y profesionalismo.
- ¡That one! ¡Ese! ¡Ese! ¿Fourrrrito de what?
- ¡COJONES! - le aclara Felipe más animado y calmado. Forrito de cojones. Repite detrás de mí. F-o-r-r-i-t-o-d-e-c-o-j-o-n-e-s

Y John empezó a repetir la palabra hasta que Felipe le dijo: “Olrai, ya te sabes el nombre. Choca esos five” y le estrechó la mano.

Le preparé una mezcla tan fuerte que estoy seguro era capaz de tumbar un elefante. La preparé con la esperanza y el deseo consciente de que John saliera por donde mismo había venido, nos dejara terminar de trabajar y no regresara jamás. Probó un sorbo, luego otro, y otro, hasta que terminó el vaso. Me miró con cara de ni sé que cosa…abrió los ojos como el lobo del cuento de La Caperucita y dijo:

- Your trago…shitttttt… it’s good…fucking bueno... very good! Fourrrito de cojones... ¡never olvidar!

Se paró de la banqueta donde estaba sentado, puso cinco dólares en la barra y se marchó del hotel.

Ahora, dos días después lo teníamos delante, acompañado y bien sobrio. Y gritón.

- ¡GO Peter! Ten fourrrito de cojones. Please.

Felipe asustado me mira y yo miro a Felipe, ¡ni mi nombre había olvidado el gordo aquel! Nos quedamos contemplándonos Felipe y yo por espacio de 15 segundos sin saber qué hacer hasta que John se levanta de la silla donde estaba sentado junto a sus amigos, se dirige al bar, se para frente a nosotros y nos grita alegremente:

- ¡¿Qué pasar Peter!? ¿Didn’t hear me? ¿No escuchar?
- Yes, yes – fue lo único que atiné a decir.

John nos toma por el hombro a ambos, a mí y a Felipe, nos atrae hacía él y nos dice:

- My amigos…we… yo and amigos venir only to drink fourrrito de cojones. Your trago…damn… your trago is excelent Peter! My friend…ten fourrritos Peter.

Y me deja caer en el bolsillo de la camisa un billete de 50 usd a modo de propina, da la vuelta y vuelve a sentarse con sus amigos.

Felipe me mira estupefacto y pregunta:

- Oyeee… ¡tremendo pan cojone! Pero… ¿tú te acuerdas cómo fue que hiciste el trago el otro día?
- ¿Yo? ¡Qué carajo me voy a acordar!
- ¿Y… cómo vas a hacer ahora?
- ¡No te preocupes por eso! Tú agarra ahí cuatro o cinco limones y empieza a picar limones que vamos a estar haciendo forros de cojones hasta que salga el sol. ¡Hasta nosotros vamos a salir de aquí con los huevos new paker!

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