Emigrantes hay en todas partes del mundo y algunos se marchan para no volver. Pero el cubano no sabe vivir lejos de aquella casa familiar donde descubrió el mundo, de aquel barrio donde correteó con los primeros amigos o del parque donde encontró a su primer amor.
Son todos esos elementos, junto a la música, la cocina o nuestras tradiciones lo que definen un fuerte lazo, que a ratos se vuelve nudo en medio del pecho, y que muchos llaman patriotismo.
Veamos aquellas razones que los cubanos aducen con mayor frecuencia para regresar siempre a la isla.
1. Necesitamos estar en familia
Cuando un cubano o una cubana emigra no se puede llevar todo aquello que un día fue imprescindible o importante para él o ella. Mucho menos es posible llevarse consigo a todos los familiares y amigos. Pero no existe un solo momento de felicidad o desdicha en que no piense en los suyos, de modo que en cuanto reúne cuatro pesos va corriendo a sacar un boleto de avión.
A no dudarlo, ¡somos muy familiares y cálidos!
2. Somos hijos de la costumbre
¿Perderme el asado de María o los tamales de la abuela? ¡Ni muerto! ¡Este año sí voy a las Parrandas Remedianas!
Difícil de explicarlo, pero aunque unas navidades sean más fabulosas en nuestro nuevo lugar de residencia, o las fiestas sean bien coloridas, o haya abundancia de platos cuando vamos a un restaurante a cenar… ¡nada es como lo que dejamos en Cuba!
A veces estamos locos por volver para quitarnos los zapatos y sentir la tierra húmeda en nuestros pies, y tomar nosotros mismos una guayaba de la matica del patio, o sentarnos a hacer cuentos con los vecinos en el portal. Vaya que ¡ni el café nos sabe igual cuando estamos lejos!
3. Necesitamos una inyección de belleza
Por supuesto que no hay nada que se compare con el lugar donde nacimos. Y cuando ese lugar es Cuba… no hay discusión posible.
¿Acaso han visto un cielo más azul? ¿Qué playas se igualan a Varadero o a las de los Cayos del Norte de Villa Clara?
4. Por negocios
Cada vez son más los cubanos que invierten en la isla. Cómo no hacerlo si son ellos los que mejor la conocen y saben de sus potencialidades. De tal modo cada vez que tenemos unos ahorritos y podemos invertir regresamos a la isla, porque tenemos un hostal o restaurante esperando.
Ello sin olvidar que podemos traer algunas cositas para venderlas después, y así pagarnos el pasaje.
5. En Cuba se ríe mejor
¡Olvídese compay! Los españoles son fiesteros, los mexicanos bebedores y los franceses románticos… pero a la hora de pasarla bien y divertirse de lo lindo no hay un sitio en este mundo que se iguale a cubita la bella. Aquí, de domingo a domingo siempre tenemos montado algún rumbón.
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