Si estando en La Habana alguien te dice, “mira al Abelardito este”, no te alarmes. Hay un alto por ciento de probabilidades de que tus conocimientos estén siendo víctimas de la envidia. Sonríe, estás en el selecto club de la gente inteligente… y petulante.
Origen del nombre Abelardo
Abelardo es un nombre de origen germánico. Se popularizó en Europa a partir de la fama del filósofo francés Pedro Abelardo (1079-1142), quien en su libro Sic et Non (“Sí y no” en latín) comparó citas contradictorias de los padres de la Iglesia Católica.
Pedro Abelardo destacó como un lógico eminente, un genio adelantado a su época que terminó siento bastante incómodo para la iglesia. Además de ser ferviente amante de la Lógica, lo fue también de una mujer, Eloiza, pero esa es otra historia.
Ser un Abelardito en Cuba
Para la gente de la Edad Media conversar con Pedro Abelardo el filósofo, era complicado por su lógica aplastante. Cuando en Cuba te topas con alguien similar, directamente piensas… “mira al Abelardito este”.
Sin embargo, el Abelardito cubano viene de un programa de televisión de la década de 1950. Curiosamente tiene su contrafigura en un joven llamado Pedruquito, un personaje secundario de una tira cómica.
Abelarditos y Abelarditas
De este tipo de personas inteligentes y lógicas a más no poder, con las que se hace difícil sostener una conversación, tenemos muchas por doquier. Los cubanos les hemos puesto su mote, clásico, filosófico y clavadito.
Si conoces a alguno no dejes de mencionarlo con cariño en los comentarios. Recuerda que pueden ser impertinentes, pero al final no les queda otra forma de expresarse. Tienen un mundo interior demasiado rico y encuentran pocas veces una mente acorde con quién compartirlo.
Comentarios
Archivado en: