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Los 10 productos que no faltan en la nevera de un cubano en el extranjero

¿Y tú qué compraste la primera vez que chocaste con un supermercado fuera de Cuba?


Este artículo es de hace 2 años

Cuando un cubano sale al extranjero, para residir indefinidamente o para una estancia corta, una de las primeras y obligadas visitas que hace es al supermercado. Tantos años comiendo mal y lo mismo han conferido al tema de la alimentación un protagonismo y unas connotaciones tales que rozan los límites de lo patológico.

Por eso, chocar con la realidad de estantes abarrotados de productos y poder disfrutar del desconocido placer de 'escoger', es de las primeras cosas que hace quien logra 'salir de la jaula'.

Difícil resulta, sin embargo, abstraerse de la constante equivalencia y comparación entre el precio del producto en el país extranjero y su conversión en Cuba. Todo parece caro e impagable.

Saber escoger, por otra parte, es el segundo gran escollo que debe rebasar el cubano que por primera vez puede decidir entre diez marcas de yogur, quince formas de chocolate, treinta tipos de panes. Por eso muchas veces, el recién llegado recurre al "escoge tú, yo es que no sé; lo que tú prefieras" cuando le preguntan qué elige. A los más atrevidos, en cambio, habrá que ponerles freno porque querrán salvar los años de carencia en una sola compra.

La lista completa de los primeros productos que no deja de probar un cubano cuando sale sería muy extensa pero los siguientes son, seguramente, puntos comunes entre quienes pasan sin escala de la TRD de la esquina, el agromercado, o la bodega a una gran superficie de un país desarrollado:

1) Carne de res: ausente de la mayor parte de las casas de los cubanos es de los productos más consumidos inicialmente -no solo por placer, sino para intentar paliar un poco el déficit protéico casi endémico.

2) Chocolates: de todos los tipos y presentaciones. No es tiempo de pensar en calorías.

3) Yogures: de diferentes sabores, con o sin trozos, líquidos, en envases grandes o individuales: Hay tanto que degustar que para qué resistirse.

4) Pizzas: (tampoco suele haber hornos en las casas del cubano medio), de cualquier tipo, con chorizo 'de verdad', de atún, de jamón serrano, barbacoa...

5) Frutas no tropicales: manzanas, peras, melocotones, albaricoques forman parte de una memoria colectiva de lo que se podía aquirir en algún momento en Cuba. Poder llevarse una bolsa de manzanas sin tener que renunciar a las compras de comida del mes es un placer que el cubano no se priva de disfrutar.

6) Aceite de oliva: nada más hay que mirar cuánto cuesta en una tienda en Cuba para entender por qué es este uno de los primeros productos que el cubano compra. Aún el de marca blanca, el que quizás sea considerado de peor calidad para los entendidos o los lugareños es para el cubano recién llegado un aunténtico lujo al que no puede acceder en su país.

7) Quesos: el universo deja de reducirse a la dicotomía queso blanco/queso amarillo (ello no siempre acarrea consecuencias exclusivamente positivas porque es tan basto el mar lácteo que a veces se zozobra). Animarse a probar sabores y tipos de quesos es de las cosas que más se disfrutan también.

8) Refrescos y jugos de caja: rara vez en una casa un cubano 'normalito' se tienen bebidas para acompañar una comida no especial. En la Isla se puede tomar de vez en cuando la tukola de la salida, el juguito que se ahorra para el niño, pero nunca con la frecuencia con que se desease. El agua parecerá de pronto una elección muy reducida cuando se tiene tanto sabor dónde escoger.

9) Productos pre-elaborados: aunque puedan no ser tan saludables ni de tanta calidad como los frescos, los cubanos desarrollan en los inicios de sus estancias fuera -y a veces lo mantienen todo el tiempo- un especial amor por todo lo que venga embasado y pre-hecho -consecuencia directa de no haber podido casi nunca en su vida acceder a estos productos. Guisantes, patatas para freír, croquetas, verduras, albóndigas, entre otros muchos congelados, pasarán a ser habituales en el refrigerador del cubano.

10) Cervezas por un tubo: y con ellas el gran descubrimiento para las papilas de que el mundo es mucho más que Cristal y Bucanero. El cubano es bebedor, y cervecero, por lo que una vez fuera de la Isla nunca faltarán varias latas o botellas de cerveza en su casa para tomarlas solo o con quien llegue.

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