
La caries, es una enfermedad multifactorial muy común que se caracteriza por la destrucción de los tejidos duros del diente como consecuencia de la desmineralización provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana a partir de los restos de alimentos que se exponen a las bacterias que fabrican ese ácido.
Normalmente las bacterias se encuentran en la boca. Ellas convierten a los alimentos, especialmente los azúcares y almidones, en ácidos. Las bacterias, el ácido, los restos de comida y la saliva se combinan en la boca para formar una sustancia pegajosa llamada "placa" que se adhiere a los dientes. La placa comienza a acumularse en los dientes al cabo de 20 minutos después de comer. Si ésta no se quita, comenzará a producir caries.
La destrucción química dental se asocia a esta ingesta de azúcares y ácidos contenidos en bebidas y alimentos, la caries dental se asocia también a errores en las técnicas de higiene asi como pastas dentales inadecuadas, abuso de cepillado dental, ausencia de hilo dental, asi como también con una etiología genética, se estudia aún la influencia del pH de la saliva en relación a la caries.
Tras la destrucción del esmalte ataca a la dentina y alcanza la pulpa dentaria produciendo su inflamación, pulpitis, y posterior necrosis (muerte pulpar). Si el diente no es tratado puede llevar posteriormente a la inflamación del área que rodea el ápice o extremo de la raíz produciéndose una periodontitis apical, y pudiendo llegar a ocasionar un absceso, una celulitis o incluso un flemón.
Las caries son causa frecuente de la pérdida de dientes en cualquier edad. Las caries generalmente no duelen, a menos que se tornen muy grandes y afecten los nervios o causen una fractura del diente. Sin tratamiento, pueden llevar a un absceso dental. La caries dental que no se trata también destruye el interior del diente (pulpa), lo cual requiere un tratamiento más extenso o, en el peor de los casos, la extracción de éste.
Prevención
La higiene de la boca es el element primordial para prevenir las caries y consiste en la limpieza regular por un profesional que debe realizarse cada 6 meses, el cepillado de los dientes al menos dos veces al día y usar hilo dental al menos una vez al día.
Los alimentos masticables y pegajosos conviene comerlos como parte de una comida en lugar de en meriendas. De ser posible, cepíllese los dientes o enjuáguese la boca con agua luego de ingerir estos alimentos.
Reducir las meriendas pues esto produce un suministro continuo de ácidos en la boca. Evite el consumo de bebidas azucaradas o chupar caramelos y mentas de forma frecuente.
Con frecuencia, se recomienda la aplicación de fluor para la protección contra las caries dentales.
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