Clamidia, enfermedad de trasmisión sexual

La clamidia es una enfermedad bacteriana infecciosa bastante común, tanto en hombres como en mujeres, provocada por la bacteria conocida como Clamidia trachomatis. Una persona se contagia con la clamidia principalmente por vía sexual, por lo que es una de las Enfermedades de trasmisión sexual o ETS. La vía de entrada puede ser vaginal, anal u oral, pero también se puede transmitir a un recién nacido en el momento del parto vaginal. Cuando la Clamidia trachomatis llega al recto, a la orofaringe o al tracto genital a través del contacto sexual, es absorbida por las vacuolas de las células epiteliales. La bacteria sobrevive y se multiplica. Con el tiempo, la infección se puede expandir a los tejidos y órganos circundantes. La inflamación y las lesiones relacionadas pueden tener consecuencias graves en la reproducción y salud del aparato genital y urinario. Si la clamidia no se trata en mujeres, puede provocar enfermedad inflamatoria pelviana (EIP) y eventualmente infertilidad en las trompas, embarazo ectópico y dolor crónico. En embarazadas, la infección puede infectar al bebé y provocar el nacimiento prematuro. En hombres, la clamidia puede causar inflamación de la uretra, el epidídimo y la próstata. Ciertos estudios sugieren una posible relación entre la infección por clamidia en hombres y la infertilidad, aunque esta conexión aún no está probada. El síndrome de Reiter, una complicación de la infección por clamidia, en la que se produce artritis, uretritis y conjuntivitis, afecta a ambos sexos pero es más común en los hombres. La infección por clamidia aumenta el riesgo de transmisión y contagio de VIH en ambos sexos. El diagnóstico se basa en la presentación médica, los antecedentes del paciente y los resultados del cultivo bacteriano. Debe buscarse también infecciones gonorreicas y uretritis no gonocócica. El tratamiento es curativo e incluye el uso de antibióticos. La educación sobre el cumplimiento del tratamiento y la práctica de sexo seguro son componentes fundamentales de salud pública del plan terapéutico. En el mundo, la clamidia es la enfermedad bacteriana de transmisión sexual más común con un promedio de 90 millones de infectados por año. Las personas sexualmente activas, especialmente quienes tienen varias parejas sexuales, están en riesgo de contraer clamidia. La clamidia ocurre con mayor frecuencia en adolescentes, mujeres menores de 25 años y quienes tienen sexo sin protección. El uso de anticonceptivos orales, desplazamiento cervical, tener una pareja sexual nueva, realizarse duchas vaginales frecuentes, consumir drogas intravenosas, no ser blanco, ser soltero, tener antecedentes de ETS y experimentar el sexo a una edad temprana se relacionan con un riesgo mayor de contraer clamidia. A esta infección se la conoce como la "enfermedad silenciosa" y aproximadamente 3 cada 4 mujeres infectadas y 1 cada 2 hombres no presentan síntomas. Si hubiera síntomas, aparecerán entre una y tres semanas posteriores al contagio. En las mujeres, el cuadro clínico incluye una secreción vaginal amarilla, dificultad para orinar u orina con frecuencia, hemorragia después del coito, dolor abdominal o en bajo vientre y hemorragia uterina irregular. Los signos y síntomas en los hombres incluyen uretritis, dolor o dificultad al orinar, secreción y ardor o picazón en la uretra. Ambos sexos pueden tener conjuntivitis y/o faringitis por el sexo oral. Las personas que tienen sexo anal pueden sufrir proctitis con dolor rectal, secreción o hemorragia. ¿Qué debe conocer la persona que ha contraído la infección por clamidia? • no debe tener actividad sexual hasta que la infección desaparezca. Esto suele ser dentro de los siete días después del tratamiento. • Lo más recomendable es usar preservativo una semana después de haber finalizado el tratamiento • Seguir el tratamiento al pie de la letra para evitar que la infección se expanda y el posible desarrollo de complicaciones graves • Leer material educativo sobre la enfermedad y la posibilidad de infección por el VIH. • Educar sobre la importancia de tener sexo con protección para evitar el contagio de ETS.