El cine y la virtud teatral de Juan Carlos Cremata Malberti

Este jueves 20 de noviembre se estrenó en La Habana el filme Contigo pan y cebolla, del experimentado director cubano Juan Carlos Cremata Malberti. El rejuego entre cine y teatro que ha caracterizado su obra vuelve a ponerlo tras las cámaras para dirigir una adaptación del texto homónimo de Héctor Quintero, que por méritos propios se reconoce como una de las piezas más importantes del teatro cubano, desde que fuera escrita en 1962. Es a través de la historia de Lala Fundora, Anselmo Prieto, Lalita, Anselmito y Fefa que Cremata retoma con fuerza el teatro de Quintero (Premio Nacional de Teatro, 2004) para llevarlo nuevamente al formato de 35 mm, luego de El premio flaco, con una obra que retrata con fuerza los valores, las contradicciones y miserias psicológicas de la familia cubana. Aunque Cremata es fiel al texto original, incluye varios guiños para que el espectador contemporáneo se sienta más identificado con esta historia que transcurre en los años cincuenta del siglo pasado. Alina Rodríguez vuelve a representar a Lala Fundora, después de haberlo hecho en teatro. Para la versión en el cine su director acudió a reconocidos actores nacionales entre los que sobresalen Edith Massola, Enrique Molina y Osvaldo Doimeadiós. En el reducido elenco de la cinta se encuentran además las interpretaciones de Carlos Solar, Natalia Tápanes, Alicia Bustamante y el cantante Leoni Torres, quien se estrena como actor. El largometraje codirigido por Iraida Malberti, cuenta con música de Aldo López Gavilán y del trovador Pedro Luis Ferrer, quien creó la canción tema; Malberti reconoció el trabajo de su “excelente equipo de filmación”, que cuenta con la productora Lourdes García, el diseño fotográfico de Yamil Santana, Guillermo Ramírez en la dirección de arte, Erick Grass como director de escenografía, el sonidista Ricardo Pérez y el editor Adrián García. La pieza, que inicialmente sería llevada al cine en los años sesenta por Tomás Gutiérrez Alea, le valió a Quintero un reconocimiento sin fisuras de la crítica y del público. “Héctor era un genio en el hecho de saber retratar perfectamente la identidad de ciertos cubanos, o de una gran mayoría, y es que sus personajes se pueden encontrar actualmente en cualquier familia, en cualquier casa, y además los problemas que plantea la obra siguen estando presentes”, explicó Cremata Malberti en conferencia de prensa. Reconoce que en su obra, teatro y cine están muy ligados. “Incluso a veces se me ha acusado en algunas películas de cierta teatralidad y yo les digo que no es una acusación, sino una virtud. Creo que los cubanos- y es una parte de nuestra identidad- somos bastante teatrales”. En tal caso, el filme apuesta por una imagen más cinematográfica, convencional y menos teatral, como en El premio flaco. El filme fue presentado a la prensa en el cine Charles Chaplin. Cremata reconoció que aunque la película tiene un tono más convencional que sus proyectos anteriores, no así va a ser su exhibición para el público nacional. Con la finalidad confesa de restituir al cine su empaque ceremonial, la película será proyectada en a partir del 19 de diciembre, luego del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano, en la sala Chaplin, de la Cinemateca de Cuba, como si fuera una pieza teatral: de viernes a domingo, a las ocho de la noche.