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El juego de dominó

No está bien definido cómo llegó a Cuba, si mediante los propios asiáticos, o con los españoles, que a su vez lo habían aprendido de los italianos que, a su vez, lo habían aprendido de los chinos. Tal vez hayan sido los norteamericanos, quienes lo aprendieron de los británicos, los responsables del auge del dominó en Latinoamérica, particularmente en el Caribe y en Cuba.


Este artículo es de hace 16 años

Difícilmente usted camine por cualquier barrio de Cuba sin tropezarse con cierto grupo bullicioso, de contagioso júbilo, que alrededor de una mesa con cuatro taburetes o simples cajones, practican el juego preferido de los cubanos: el dominó.

Al dominó se le han impregnado rasgos esenciales de la idiosincrasia de los cubanos, como la fraseología y la gesticulación, el tono de hablar y el refraneo.

Las más antiguas referencias a este juego se registran en China, de donde parece ser originario, y que datan de alrededor del año 1120 de nuestra era. Mientras, en el mundo occidental, se dice que los primeros en jugarlo fueron los italianos, en las cortes de Venecia y de Nápoles.

No está bien definido cómo llegó a Cuba, si mediante los propios asiáticos, o con los españoles, que a su vez lo habían aprendido de los italianos que, a su vez, lo habían aprendido de los chinos. Tal vez hayan sido los norteamericanos, quienes lo aprendieron de los británicos, los responsables del auge del dominó en Latinoamérica, particularmente en el Caribe y en Cuba.

En Cuba el dominó ha generado toda una fraseología típica. Está el clásico “me pegué”, grito victorioso final del jugador que ha logrado poner en la fila la última de sus fichas. Otras frases célebres del popular juego serían "me quedo ahí" (cuando se hace una jugada neutra colocando un doble), "agacharse" (imperdonable egoísmo de tu pareja cuando decide no matarte una ficha que te resulta incómoda, pudiendo hacerlo), "dar agua" (operación asignada a los perdedores cuando se encargan de virar y revolver las fichas para la próxima data)…y la famosa "capicúa" para decir que la ficha puede ponerse por cualquira de los dos extremos. Esta palabra nos llega del latín cap-i-cua, que significa "cabeza y cola" de ahí el significado con que la usamos en este juego.

Tanto para los hombres como para las mujeres, entre los jóvenes y los viejos, el dominó en Cuba no es un simple pasatiempo de mesa.

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