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Habanos Partagás

Los habanos Partagás, famosos a nivel mundial por su exquisita hoja, delicadamente perfumada, son producidos en una fábrica habanera que constituye uno de sus emblemas patrimoniales de mayor valor.


Este artículo es de hace 13 años
Los habanos Partagás, famosos a nivel mundial por su exquisita hoja, delicadamente perfumada, son producidos en una fábrica habanera que constituye uno de sus emblemas patrimoniales de mayor valor.

La Real Fábrica de Tabacos de Partagás fue fundada en 1845 por el español Don Jaime Partagás, en la calle Industria número 520, donde se mantiene en perfecto estado de conservación hasta hoy. Es considerada la más antigua y más famosa industria de La Habana, y en estos comienzos del siglo XXI sigue produciendo los que expertos y fumadores consideran como los mejores habanos del mundo, entre las muchas marcas registradas en suelo cubano.

Las manos de sus 400 trabajadores crean algunos de los puros más célebres, como los Lusitanias y los Churchills.

La fama de los Partagás surgió casi al unísono del nacimiento de la fábric, tres años después de su fundación, luego de que Don Jaime lograra para su marca la primera Medalla de Oro en la Exposición Universal de la Industria y las Artes celebrada en Londres, capital del Reino Unido.

Las singulares vitolas de la factoría habanera mostraban, en aquella época, cuando la ínsula cubana aún era colonia de España, unas singulares vitolas (en sí valiosas obras artísticas) que guardaban el aroma y el sabor que aún las identifica.

Símbolo de la excelencia, los habanos Partagás poseen la fuerza y el carácter de la Naturaleza y la sabiduría de los cosechadores y torcedores cubanos, que le imprimen un sello distintivo, único y universal.

Durante más de un siglo, los habaneros han distinguido a la fábrica Partagás con respeto y admiración, pues dentro de sus añejas paredes se ha nutrido el espíritu de la nación cubana.

Decía el Héroe Nacional cubano, José Martí, que las tabaquerías atesoraban a los hombres más cultos del país.

Fue en la fábrica de Partagás donde surgió la figura del llamado “lector de tabaquería”. Y aunque personas de poca escuela, los tabaqueros constituyen un enriquecedor patrimonio, en cualquier época. Ellos poseen un importante nivel de información y cultura en cualquier ámbito, pues durante la jornada laboral, mientras a su alrededor trabajan con manos y chavetas las perfumadas hojas, se dejan escuchar con las más exquisitas joyas de la literatura universal, incluso las contemporáneas, las informaciones de la prensa nacional y extranjera, y artículos de firmas ilustres.

Son los tabaqueros símbolos de identidad de la nación cubana con sus artísticas creaciones, que hacen las delicias de expertos en los países de las más diversas culturas.


 

La primera marca emanada de la vetusta edificación del industrial español rindió homenaje a su apellido: Flor de Tabacos de Partagás. Con una visión clara de hasta dónde haría crecer su fábrica y su fama, Don Jaime, de origen catalán, adquirió entre 1845 y 1865 diversas plantaciones en la región de Vuelta Abajo, en la occidental provincia de Pinar del Río, donde se cosechan, hasta hoy, las famosas hojas.

Con su estilo colonial, desde sus inicios la fábrica fue una obligada referencia para los habaneros. Nació modesta y creció hasta devenir en una de las industrias más importantes de la capital cubana. A ello se debió el celo con que Don Jaime y sus empleados cuidaban las técnicas para crear buenos habanos.

En 1864, en muerte aún confusa, Don Jaime resultó asesinado en una de sus plantaciones, y la marca fue adquirida entonces por el banquero José Bances, que respetó su nombre original, ya famoso. En 1879, de nuevo la marca Partagás recibió un alto premio mundial con la Medalla de Oro de la Exposición Universal de Paris, Francia.

Años después, la artesanal y célebre industria pasó a manos de Ramón Cifuentes y José Fernández, este último su propietario hasta el triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, cuando pasó al sector estatal.

Los habanos Partagás, identificados por una capa de color marrón claro, poseen uno de los vitolarios más extensos y completos.

Las vitolas son:  Lusitanias (doble corona), Shorts (trés petit corona), Culebras, Presidentes (figurado) y los 8-9-8 (gran corona) y 8-9-8 Lonsdales (lonsdale), Aristócratas (petit corona), Astoria (corona), Belvederes (petit palma), Bonito Extra Mild  ( mini panetela ),  Coronas ( corona ), Coronas A Mejorado ( corona ),  Coronas Grandes ( gran corona ), Coronas Junior (demi-corona ), Coronas Senior  (corona), Charlottes ( panetela ), Chicos ( mini panetela ), Churchill de Luxe ( churchill ), Demi-Tip ( mini panetela ), Eminentes (corona), Filipos (demi-tasse), Habaneros (petit palma), Londres en Cedro (petit corona), Londres Extra  (petit corona), Londres Finos (petit corona), Lonsdales (lonsdale), Mille Fleurs ( petit corona ), Palmas Grandes (panetela), Panetelas (demi-tasse), Parisianos (corona), Partagás de Luxe (corona), Partagás de Partagás nº 1 (lonsdale), Perfectos (figurado), Personales (corona), Petit Bouquet (petit palma), Petit Coronas (petit coronas), Petit Coronas Especiales (corona), Petit Coronas Tubo (corona), Petit Partagás (petit corona),  Princess (demi-tasse), Ramonitas  (mini panetela), Regalías de la Reina Bueno (petit corona), Royales (petit corona), Selección Privada nº1 (lonsdale), Serie D nº 4 (Robusto), Super Partagás (gran corona), Toppers  (lonsdale), Trés Petit Coronas (demi corona).

Los productos Partagás, como quizás soñara algún día el catalán Don Jaime, su fundador y primer propietario, se comercializan en casi todos los países, en extremos geográficos que van de Canadá al Oriente Medio, Europa y El Caribe, África y Asia.

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