Poco sorprende a los cubanos ya, encontrar la más famosa imagen del Ché como motivo decorativo de los más disímiles productos. Los tradicionales souvenir quedaron atrás. El icono revolucionario llega desde hace ya algún tiempo a sitios como la portada del CD de Madonna American Life , la esfera de la prestigiosa firma de relojes Swatch, el abdomen del legendario boxeador Mike Tyson quien lo lleva tatuado o más increíble aún, en una línea de bañadores que recorrió las principales pasarelas de la moda en el verano de 2002 y que fue todo un éxito de venta.
La imagen en todos los casos es siempre la misma, la inmortal foto que Korda le tomara al comandante durante los funerales de las víctimas del barco La Couvre exactamente el 5 de marzo de 1960.
Cuenta el propio Korda, que cubría como fotorreportero la despedida del duelo cuando hizo un paneo de izquierda a derecha con su vieja cámara Leica, provista de un lente de 90 milímetros, al entarimado donde se emplazó la tribun a unos 8 o 10 metros de donde se encontraba con la cámara. El Ché, que estaba en un discreto segundo plano, se acerco a la baranda, donde estaban Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, para contemplar al pueblo que allí se reunía. Justo en ese momento, sabiendo que lo tenía en el objetivo tiró uno y luego otro negativo, y en ese momento el Che se retiró. Solo pasó medio minuto.
Una vez revelada la foto en su estudio, Korda sabía que había logrado una buena foto del Ché. “La tarde opaca, invernal. _Según el propio Korda declarara después_ hicieron que la imagen no sea supernítida, que parezca envuelta en una aureola, que algunos crean verla como una nube en el ambiente: la cabeza solitaria del Che se difumina en una luz pareja y suave. No hubo ninguna elaboración intelectual en eso. La luz solar, escasa, y el desgaste del lente imprimieron al retrato su atmósfera.”
Con su obra maestra, que tituló Guerrillero Heroico, Korda se apareció en el periódico Revolución para que la publicaran, pero el periódico decidió no hacerlo. Siete años tendría que esperar esta foto para alcanzar su verdadera dimensión. No se ha encontrado ningún dato en relación a si el Ché conoció dicha foto, pero lo más probable es que nunca la haya visto.
En el verano del 67 el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli llegó al estudio habanero de Korda enviado por Haydée Santamaría, presidenta de la Casa de las Américas en aquel momento. Feltrinelli buscaba unas fotos del Che y Korda le obsequió dos copias de la foto tomada en 1960.
“En octubre muere el Che y Feltrinelli imprime mi foto en un cartel de un metro por 70. Se dice que vendió un millón de ejemplares en seis meses.” Señala el propio Korda.
El resto, es historia conocida. Según las propias palabras del fotógrafo, nunca cobró un centavo por esa foto o sus derechos. Con sus más de 400 fotos del Ché, realizó múltiples exposiciones en el mundo entero.
Korda falleció en Paris, el 25 de mayo de 2001.
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