Este artículo es de hace 15 años
También en el idioma, la influencia cultural de China es significativa. Sergio Valdés, en el libro Lengua nacional e identidad, recopila algunas expresiones populares como:
"Búscate un chino que te ponga un cuarto", "no creo en velorio chino", "ponerla en China", "quedarse en China", "mi china".
Y, además, nombres como naranja china, frijolitos chinos, salsa china… Palabras como "chulampín", vinculada a la voz de chulo, por corrupción idiomática del nombre de un mandarín chino del siglo XX: Chu Lam Pin.
La influencia de la cultura china es tal vez amplia. Mucho de su filosofía ha impregnado a los cubanos. Y en la historia nacional de la música han entrado Jesús Lí, El Chino Chong, el maestro Fortín, Julio Ley, Servando Aragó, Jesús (El Chino Lam), Obdulio Morales, las bandas de música de las sociedades chinas y los grupos de danza de los carnavales.
UN POCO DE "HISTORIA CHINA"
Los primeros contingentes de "chinos" que llegaron a Cuba procedían de Manila (Islas de Filipinas), reducto colonial de España en Asia. Muchos murieron en la travesía, pero también muchos se fundieron con los otros grupos de inmigrantes llegados a Cuba, surgiendo una especie de chinos y chinas amulatados que dan al país un toque especial.
Los chinos trabajaron en todo tipo de oficios con gran eficiencia. El chef de cocina Gilberto Smith explica que los chinos crearon en Cuba comidas típicas que no existen en ningún lugar del mundo, como el arroz frito. "Personalmente he comprobado que no existe esa comida en ningún "Barrio Chino" (China Town) de Nueva York, San Francisco y Londres. Muchas de las comidas llamadas "típicas" de Cuba, existen en otros países de América Latina, pero no así el arroz frito, comida consistente en producto de carnes y mariscos, cebollino, frijolitos y arroz con salsa china.
Los primeros 206 culíes chinos arribaron el 3 de junio de 1847. En 1868, con el estallido de la Guerra de los Diez Años, los culíes se incorporaron de manera masiva a la contienda. Todos se unían con gran patriotismo, ejecutando verdaderas hazañas, "y dieron muestra de disciplina, lealtad y valentía. De ahí que en el Parque de L y Línea, en El vedado, se erige un monumento a esos patriotas cuyo epígrafe, en su pedestal, con letras imperecederas, redactado por Gonzalo de Quesada, reza: No hubo chino cubano desertor, no hubo un chino cubano traidor".
Lo más típico de los chinos en Cuba resultó su "Barrio Chino", ubicado en lo que es hoy el municipio Centro Habana, la zona más populosa y comercial de la capital.
Allí se encuentran las fondas chinas, con esos sabores y olores de pescados, pollos, patos, cerdo ahumado, chicharrones, las frituritas de carita, los "helados de agua" (elaborados a base de frutas: mamey, anón, plátano, pero sin leche).
Hay que recordar al Restaurante El Pacífico, con su fachada ecléctica, en la calle San Nicolás y el cuchillo de Rayo, con sus cinco pisos y el elevador tradicional. El Pacífico de los Hermanos Font, con sus dos cocinas y las comidas especiales: arroz frito, té, sopa china, sopa de arroz, de maíz (con sustancia de pollo y huevo batido), maripositas con tallarines, palomitas fritas, salsas y condimentos chinos, con el recetario cantonés, adecuado al paladar de chinos, descendientes y cubanos.
LA VISITA DEL CRUCERO CHINO
En 1911, llegó al puerto habanero el crucero Hai Chi de la Marina de Guerra china, en representación del Gobierno Imperial. La visita se convirtió en gran suceso. Un hecho que marcó una nueva etapa en la dinámica y la proyección asociativa de la comunidad china en la ciudad: una era crucial, de tenaz batalla, que abría el progreso de los chinos en Cuba.
El recibimiento del gobierno y el pueblo habanero, fue grandioso. Todo un acontecimiento, hasta para los cubanos sin orígenes asiáticos.
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