El reconocido crítico cinematográfico Rolando Pérez Betancourt, presentador del programa de televisión La Séptima Puerta (Viernes por Cubavisión), acaba de reconocer en una entrevista: “uno aprende viendo películas, no leyendo libros”… Esta opinión puede parecer alarmante pero no está lejos de la realidad: aunque no debemos dejar de lado los libros, las películas (las de calidad y buen gusto) son un arsenal enorme de conocimientos, cultura y entretenimiento. Todo a la vez. Hasta el 14 de diciembre se desarrolla en La Habana el Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano, en su Edición 36. El evento conecta cada año a cinéfilos y cineastas de todas las edades, gustos e intereses artísticos. Un total de 116 obras de disímiles formatos, miradas, géneros y pretensiones audiovisuales se exhibirán en los 23 cines, salas de video de la capital y otros espacios alternativos colaterales. En la Sección Oficial encontramos un centenar de obras representadas mayoritariamente por Brasil, México, Argentina y Cuba. Por el Coral irán 21 largometrajes de ficción, igual cantidad de medios y cortometrajes y óperas primas, 30 documentales, 23 animaciones y 25 guiones inéditos y 11 carteles. Hay algunas buenas películas de América Latina que estarán en la programación. La de la inauguración: la argentina Relatos salvajes, de Damián Szifron, y que ha tenido mucho éxito en Cuba y el resto del mundo. El cine brasileño está presente con fuerza mientras que el mexicano un poco menos. El cine hecho en Cuba va a tener una obra en el concurso de óperas primas y cuatro en el de largos de ficción: están Venecia, de Kiki Álvarez, una película distinta a todo lo que ha hecho y que ha tenido muy buena crítica; Conducta, de Ernesto Daranas, ya estrenada; La pared de las palabras, de Fernando Pérez, y Fátima o el Parque de la Fraternidad, de Jorge Perugorría. La ópera prima es Vestido de novia, de Marilyn Solaya. Y fuera de concurso se encuentra Contigo pan y cebolla, de Juan Carlos Cremata. Algo novedoso en esta edición es la tecnología. Hay tres proyectores de alta definición en Cuba: el del Cine Chaplin, que se va a quedar de forma permanente y va a lograr que tenga proyecciones de nivel mundial, y dos más, prestados, uno para el Yara y otro para el Multicine Infanta. Lo cual es un suceso histórico: la primera proyección verdaderamente digital de cine en Cuba. El Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano, desde su surgimiento, ha sido la plataforma ideal para reconocer y divulgar todos aquellos filmes que por sus valores estilísticos y los temas tratados, contribuyen a consolidar una identidad latinoamericana, a promover nuestra cultura. Su historia comienza en diciembre de 1979, donde se reunieron más de 600 cineastas de todo el continente y su jurado (de lujo para comenzar) estaba presidido por Gabriel García Márquez, en la categoría de Ficción y Santiago Álvarez para Documentales y Dibujos Animados.
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