
Es probable que un extranjero escuche tal afirmación y le parezca arrogante, prepotente o simplemente ridícula, pero a los cubanos probablemente les saque alguna sonrisa, les haga sentirse identificados o les recuerde a más de un conocido.
En todos los barrios de Cuba hay expertos, no especialistas en algo, sino expertos en cualquier cosa. Todos conocemos al menos a una persona que, con independencia de estudios, experiencia o conocimientos previos; sabe y habla de todo. No hay tema que no maneje ni asunto sobre el que no opine.
¿Hay alguien enfermo en casa? El sabio local sabe de etiologías, medicaciones, dosis y efectos adversos. ¿Una mujer embarazada? Nadie mejor que él para hablar de los cuidados dietéticos, los mejores ejercicios para el feto y la futura parturienta, las sensaciones y cambios mes a mes que experimentará la gestante -da igual si es un hombre y nunca los haya vivido en carne propia-, y hasta las etapas del desarrollo en el feto.
¿Se rompe algún aparato en casa? No importa si es un televisor, una computadora o una lavadora. Como sabe de electrónica, electricidad y mecánica no sólo se animará a explicarte qué ha pasado sino que posiblemente intente repararlo.
¿Una planta no se te da bien? Ciclos de la luna, frecuencia de riego, abonos naturales, plagas y mejores pesticidas: de todo esto y más te hablará el gurú del barrio.
Tanto años sufriendo ciclones, tantos años siguiendo partes del tiempo y de la defensa civil han convertido a muchos cubanos en duchos meteorólogos que lo mismo hablan de mareas, erosión de las costas que de cambio climático o del hueco en la capa de ozono.
Tantos años conviviendo con propagandas educativas, programas televisivos culturales, hacen que cualquiera se aventure a hablar de cine, de música y hasta de autores y de literatura si hace falta.
Si no quieres escuchar una clase magistral de culinaria, ni se te ocurra preguntar o comentar nada sobre un plato: nadie lo hace mejor que él, sus secretos y recetas son únicos e irrepetibles.
Ciertamente estos 'sabelotodo' a veces terminan siendo inoportunos, 'entrometidos' y un poco insistentes, a veces aburre que nunca manifiesten desconocimiento o interés por lo que otros puedan aportarle, pero si somos justos, debemos reconocer que todos los cubanos llevamos uno dentro y todos alguna que otra vez también nos hemos servido de estos comunicadores orales, enciclopedias parlantes, dispuestos consejeros y colaboradores natos.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: