
La malaria es una enfermedad tropical trasmisible, conocida también como paludismo es una afección infecciosa que produce un cuadro febril característico, de gravedad variable junto con otros síntomas y signos de afectación de diversos sistemas del organismo, con cuadros de gravedad variable puede llegar incluso hasta la muerte de la persona que la padece.
La malaria es frecuente en zonas tropicales y subtropicales de Asia, Africa, América y Oceanía. Esta enfermedad constituye un enorme problema de salud pública, pues cada año se producen de 300 a 500 millones de nuevos casos. En Europa se diagnostican anualmente miles de casos, tanto entre visitantes de zonas endémicas (en las que existe la enfermedad), como entre inmigrantes procedentes de esas zonas. Algunos de estos casos terminan con la muerte del paciente.
El paludismo es producido por la infección con unos parásitos protozoos del género Plasmodium del cual hay cuatro especies: P. falciparum, P. malariae, P. vivax y P. ovale. La enfermedad se trasmite generalmente por la picadura de un mosquito.
La prevención de la enfermedad en la actualidad se realiza previniendo la picada de los insectos por medio del uso de repelente de mosquitos (crema repelente con dietil toluamida), el aroma de limón, redes antimosquitos o mosquiteros impregnados con insecticidas colocados alrededor de la cama.
Otro modo de prevenir la infección es la quimioprofilaxis que es la administración de medicamentos preventivos en caso de viajar o de vivir en una zona endémica de malaria. Entre los productos más utilizados están la cloroquina, el proguanil, la mefloquina, la doxiciclina. Otras alternativas son, en adultos, la Primaquina; la combinación de Atovacuona y Proguanil en niños, o un nuevo producto -está en el mercado desde 1998- la Malarona.
Otra de las medidas más utilizadas en el mundo pero de difícil realización es la erradicación del mosquito trasmisor de la enfermedad. Para lograr esta meta existen diversos procederes tales como evitar el agua estancada, el uso de fumigación, larvicidas.
Desde hace mucho tiempo se trabaja por diversos grupos en el desarrollo de una vacuna para la prevención de esta enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de informar que ya se encuentra lista la primera vacuna contra el paludismo, esta valiosa arma contra el paludismo podrá administrarse posiblemente a partir de 2017, tras ser aprobada por este organismo y los distintos gobiernos nacionales.
En estudios clínicos realizados en siete países africanos, Burkina Faso, Gabón, Ghana, Kenia, Malawi, Mozambique y Tanzania el Mosquirix (nombre de la vacuna), donde participaron más de 16.000 niños, se comprobó que la vacuna ofrece una protección del 26 y el 36 % de efectividad hasta los cuatro años, es decir que la vacuna ofrece "protección modesta" contra el paludismo en el primer año de su administración. Además, la eficacia del producto se reduce después del primer año. A pesar de esta eficacia moderada, la Agencia Europea de Medicinas (EMA) decidió dar luz verde al producto.
En el mundo existen 3 mil 200 millones de personas en riesgo de contraer el paludismo , 1.200 de ellos en alto riesgo. Se estima que en 2013 unos 198 millones de personas contrajeron la enfermedad y de ellas 584 mil murieron, un 90 % en África.
La vacuna ha sido diseñada para evitar la infección del Plasmodium falciparum que es el parásito más frecuente en África y que es la causa del tipo de paludismo que produce más muertes en el mundo. Se estima que en 2013 hubo 584.000 fallecidos a causa de la malaria, de los cuales el 83% eran niños menores de 5 años en el África subsahariana.
Es por ello que, en principio, no debería ser eficaz contra el Plasmodium Vivax, el parásito presente en los vectores (mosquitos) que mayoritariamente viven y pican en América Latina.
GlaxoSmithKline es la firma que comercializará la vacuna, y se ha anunciado que la ofrecerá a precio de coste más un margen del 5 % que reinvertirá en la investigación de más vacunas contra el paludismo u otras enfermedades tropicales.
La vacuna está dirigida a niños entre 6 semanas y 17 meses. Esta vacuna, desarrollada con la colaboración de PATH Malaria Vaccine Initiative (MVI), está diseñada para prevenir la malaria causada por el parásito Plasmodium falciparum.
Aún cuando la introducción de la vacuna no es la respuesta completa frente a la malaria, su uso en conjunto con las medidas disponibles en la actualidad, como mosquiteras para las camas e insecticidas, supondrá una contribución muy significativa para controlar el impacto de la malaria en los niños de las comunidades africanas que más lo necesitan
La vacuna conocida también como 'RTS,S' desencadena la respuesta inmune del organismo desde el primer momento en el que el parásito entra en contacto con el torrente sanguíneo del huésped humano o cuando infecta las células hepáticas. De esta forma, previene que el parásito madure, se multiplique en el hígado y pueda llegar a los glóbulos rojos, lo que llevaría a la aparición de los síntomas de la enfermedad.
Al concluir los estudios realizados con cuatro dosis de 'RTS,S' se redujeron los casos de malaria en un 39 % en niños de entre 5 y 17 meses tras cuatro años de seguimiento y en un 27 % en lactantes de entre 6 y 12 semanas después de tres años de seguimiento.
En las zonas donde existe una mayor carga de malaria, más de 6.000 casos de malaria clínica fueron prevenidos durante el período de estudio por cada 1.000 niños vacunados.
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