
Varadero, con sus 22 km de playas, es el icono del turismo de veraneo en Cuba. Sus fotos, sus hoteles y la promoción de sus bellezas es referencia obligada en cuanta recomendación de turismo en la Isla haya. Sin embargo, ¿qué es para los cubanos? ¿qué representa para ellos? Me atrevería a decir sin mucho temor a errar, que Varadero representa emocionalmente bien poco para los cubanos. Dejando de un lado historias y testimonios personales y las vivencias de quienes residieran en la península de Icacos, para el resto, Varadero no representa lo que para los turistas ni lo que representan otros muchos lugares cargados de más historia y simbolismo.
Durante la etapa post-revolucionaria Varadero, lejos de ser ese “gigante azul, abierto, democrático”, del cual podrían haber disfrutado los cubanos, se erigió como sinónimo de poder: adquisitivo, pues ir a Varadero era un auténtico lujo reservado para unos pocos y político, pues la clase dirigente o los más acérrimos y activos simpatizantes del gobierno recibían a cambio de sus incondicionalidades alguna que otra semana en algún hotel reservado para los 'afortunados'. No volveremos sobre la conocida historia -conocida sobre todo para los cubanos- de las vedas de acceso a los hoteles, no volveremos sobre la doble moneda ni la doble vara para medirlo todo. Es hurgar sobre una herida demasiado profunda que espontánea y casi inevitablemente siempre vuelve a abrirse.
Hablemos de qué significa Varadero para los cubanos de la Isla. Una vez levantadas las aparentes trabas que les impendían acceder a espacios de su propio país, que los categorizaban como ciudadanos de segunda en favor de los visitantes foráneos, una vez que aparentemente se puede, cabe preguntar ¿en realidad se puede? ¿es ahora Varadero un sitio de veraneo para los cubanos, es una playa a la cual ir con frecuencia, pasarse una tarde o unos días? ¿ahora que no hay prohibiciones ha dejado de ser prohibitivo? ¿le dicen algo a las nuevas generaciones algunos de los nombres de sus sitios emblemáticos: la casa Dupont, el Hotel Internacional, actualmente en vías de demolición?
Hablemos de qué significa Varadero para los cubanos que no viven en la Isla. Deberíamos detenernos quizás y establecer una distinción entre los que marcharon a principios del triunfo de la revolución y los que lo han venido haciendo después, pero no es el propósito de esta nota. Pensemos en los cubanos que van a la Isla a pasarse unos días con la familia o los amigos que les queden ¿es Varadero un sitio de añoranzas, de nostalgias, de recuerdos de la etapa previa a emigrar? Una vez más, salvando casos aislados, diría que no, que Varadero es para ellos una deuda pendiente consigo y los suyos, un saldo con el pasado que les quitó lo que les pertenecía, un sitio para el disfrute, el descanso, el relax pero no un sitio del recuerdo y de las vivencias.
El tiempo ha pasado, se han levantado algunos cerrojos pero Varadero parece no dejar de ser un sitio vedado para algunos y vitrina para otros.
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