
El deseo de dejar de fumar -- es considerado como un requisito para que una persona se enrole en programas de tratamiento -- pero esto no siempre es imprescindible para reducir el consumo de cigarrillos. Dejar de fumar o dejar de usar el tabaco que no se fuma es difícil, pero muchas personas lo han logrado.
Existen evidencias que la realización de ejercicios dirigidos a lograr el autocontrol, tales como la meditación, pueden disminuir las influencias inconscientes que motivan a una persona a fumar.
Los científicos están investigando al cerebro para comprender por qué el tener un 'día perfecto' no es la mejor forma para abandonar el hábito de fumar. Estudios recientes realizados con neuroimágenes han demostrado que los fumadores tienen menos actividad en las regiones cerebrales asociadas con el autocontrol, lo que hace que se piense que si se actúa sobre estos neurocircuitos se pudiera llegar a tratar la adicción.
Hay estudios que demuestran que mejorando el autocontrol se puede ayudar a los fumadores con su hábito de fumar. La meditación es una estrategia para reforzar el autocontrol. Esta y otras estrategias dirigidas a reforzar el autocontrol probablemente sean útiles para el manejo de las adicciones, pero no necesariamente para todas las personas.
Múltiples son los métodos que puede ensayar para lograr su propósito entre ellos se encuentran:
Hipnosis
Nicotina
Acupuntura
Terapia Magnética
Terapia por laser de nivel bajo
Filtros
Productos disuasivos del tabaco
Hierbas y suplementos
Prácticas de mente-cuerpo
Cigarrillos electrónicos
Pastillas para chupar y bolsitas que contienen tabaco
Parches de nicotina
La comprensión de cómo funciona nuestro cerebro cuando se hacen intervenciones que refuerzan el autocontrol puede también tener múltiples implicaciones que relacionen el comportamiento que es necesario para la salud y el bienestar.
Entre las manifestaciones que puede sentir una persona cuando está intentando dejar de fumar están:
Un intenso deseo de nicotina.
Ansiedad, tensión, inquietud, frustración o impaciencia.
Dificultad para concentrarse.
Somnolencia o problemas para dormir.
Dolores de cabeza.
Incremento del apetito y aumento de peso.
Irritabilidad o depresión.
Como vemos son muchas las maneras que se han desarrollado para ayudar a los fumadores a abandonar el hábito, lo extensa de la lista nos hace suponer que estos métodos funcionan en algunas personas y en otras no, por ello consideramos que la persona debe tener una fuerte motivación para abandonar esta adicción y que el autocontrol es una de las herramientas más importantes en este empeño. ¡¡¡Muchos lo hemos logrado!!!
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