Mileydis Acosta y su marido, Lázaro Márquez, se encuentran desperados ante la ausencia de respuesta por parte del gobierno a sus demandas.
La pareja vive junto a su pequeña, con parálisis cerebral, en una vivienda con escaleras, lo que dificulta transportar a la niña para llevarla a la fisioterapia que necesita.
La familia ha solicitado en múltiples ocasiones que el gobierno les proporcione una vivienda en un bajo para atender mejor las necesidades de la niña, pero la respuesta no llega.
Mientras tanto, Mileydis y Lázaro realizan múltiples esfuerzos para atender a su niña y luchan contracorriente con la esperanza de que la pequeña pueda algún día caminar.
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