El río Bravo, situado en la frontera natural entre Estados Unidos y México, se ha convertido para los migrantes cubanos en una nueva vía de entrada para ingresar en territorio norteamericano.
Así lo atestiguó a 'El Nuevo Herald' la inmigrante de la isla Niuvis Ramos, quien relató la travesía que le llevó, junto a 40 compatriotas, a terminar en el centro de detención del servicio de e Aduanas e Inmigración de EEUU.
"Algunas de ellas al ser detenidas por la patrulla fronteriza demostraron miedo creíble a regresar a Cuba. Ahora esperan defender su caso ante un juez en Estados Unidos”, aseguró semanas después de su arresto.
Tras obtener un parole, esta mujer cubana espera que dejen en libertad a su esposo Rismari Manuel Torres, aunque debe demostrar que llegó unas horas antes de la eliminación de la política migratoria "pies secos, pies mojados".
"Ellos estaban en los puestos migratorios en el momento de la Obamada", afirmó Irina Feijóo, esposa de Adalberto Agramonte, otro de los migrantes que llegaron en compañía de Manuel Torres.
"Aunque habían entregado todos los papeles y llegaron antes de las 4:30 pm, los oficiales de la frontera no los procesaron porque habían recibido órdenes de detener el flujo de cubanos", añadió.
Por su parte, la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) rechazó valorar la entrada de cubanos desde México. En este sentido el vocero de la Patrulla Fronteriza en el sector de Laredo, Richard Pauza, aseguró no haber tenido constancia del arribo ilegal de ciudadanos de la isla.
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