Adam August decidió hacer algo por Tareco Atkinson, inmigrante jamaicano y homeless con el que solía tropezarse a menudo en una cafetería Starbuck, de ahí que August no solo invitara a Atkinson a comer, sino que luego lo llevó a su casa para que después de un mes se diese una ducha.
Atkinson le contó a August no tener trabajo ni documentos, algo común entre los inmigrantes, y el joven, solícito, le compró ropas en varias tiendas. Además, le gestionó un puesto laboral con un amigo.
Este es la historia de un gesto altruista y cómo, gracias a ello, alguien ve la luz al final del túnel.
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