El presidente Donald Trump vio cómo en la madrugada se producía la paralización del Gobierno de Estados Unidos después que los dos grandes partidos no se pusieron de acuerdo sobre qué partidas presupuestarias financiar.
La noticia llegó justo un año después de que Trump tomara posesión del cargo, lo que le llevó a cancelar una cena de gala en su club privado de Mar-a-Lago, en la ciudad de Palm Beach, con la que iba a celebrar la efeméride.
Este domingo el dirigente optó por enviar un mensaje a republicanos y demócratas a través de su canal de Twitter. "Genial ver lo duro que están luchando los republicanos por nuestras Fuerzas Armadas y la Seguridad en la Frontera. Los demócratas solo quieren que inmigrantes ilegales entren en masa en nuestra nación sin control", aseguró.
"¡Si el punto muerto continúa, los republicanos deberían ir a por el 51 por ciento (Opción Nuclear) y votar un verdadero presupuesto a largo plazo, no CR's (resoluciones de continuidad)", añadió el mandatario en la citada red social.
De esta forma Trump presionó a la representantes de la formación republicana para poner fin con el cierre que sufre la administración norteamericana.
El desacuerdo en materia migratorio ha sido clave para llegar a una situación que afecta a cientos de miles de funcionarios.
En este sentido los demócratas insistieron en que cualquier proyecto de ley para renovar el financiamiento del gobierno debe incluir protecciones para unos 700.000 jóvenes inmigrantes indocumentados que fueron llevados a Estados Unidos ilegalmente siendo niños.
Se trata de los llamados "dreamers", a los que el exdirigente Barack Obama concedió la residencia temporal. Sin embargo el pasado mes de septiembre, Trump decidió que sus permisos no iban a ser renovados en el mes de marzo si el Congreso no consigue aprobar un proyecto de ley que resuelva este problema de forma permanente.
Desde la Casa Blanca apuntaron a que se podía solucionar este asunto a cambio de financiación para la construcción del muro en la frontera con México, una propuesta que no ha sido formalizada.
La falta de un acuerdo podría derivar en la expulsión de los "dreamers" a sus países de origen.
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