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"El tránsito está cobrando demasiadas vidas porque no hay quien se preocupe verdaderamente por esta situación"

“¿Qué esperan para terminar la Autopista Nacional y desaparecer la Carretera Central que no es más que un maltratado camino de la muerte con unos 100 años de explotación? Apenas caben dos vehículos grandes por la principal carretera de este país" se pregunta un cubano preocupado por la siniestralidad en las carretreras

Autobús Yutong en un accidente en Yaguajay ocurrido en 2017 Foto © Granma/ Luis Francisco Jacomino

Este artículo es de hace 5 años

Cada vez 'llueven' más accidentes en las carreteras de la isla, una triste realidad que preocupa a aquellos que están obligados a moverse de una región a otra de Cuba, ya sea por cuestiones personales o profesionales. Cada vez, también, son más los siniestros que involucran a las llamadas Yutong, los ómnibus estatales empleados mayormente para la transportación interprovincial de pasajeros.

La mala reputación de los mencionados ómnibus, de acuerdo con el taxista José Antonio, está “más que merecida”. “Es ilógico lo que está sucediendo porque la historia se repite una y otra vez. Es demasiado común que esas guaguas chinas tengan que ver con los accidentes masivos. Para muchos funcionarios esos incidentes y sus víctimas no pasan de ser números que engrosan las estadísticas.

“¿Será que todo el que tenga que viajar en las guaguas de la Empresa de Ómnibus Nacionales o en camiones particulares -que están más hechos para transportar animales que personas- tenga que hacerlo con el corazón en la boca? Las carreteras cubanas son cementerios. Amén de que los accidentes pueden evitarse, el tránsito está cobrando demasiadas vidas porque no hay quien se preocupe verdaderamente por esta situación”, explica el chofer de 39 años.

Datos recientes de la Comisión Nacional de Seguridad Vial revelan que en 2018 ocurrieron 10 mil 70 accidentes (uno cada 52 minutos). Aunque esa cantidad significó una ligera disminución con respecto a la registrada en 2017, dejó un saldo de 683 muertos (uno cada 13 horas) y 7 mil 730 lesionados.

En 2018 ocurrieron 10 mil 70 accidentes (uno cada 52 minutos)

Para Caridad, quien tiene que viajar dos veces al mes de La Habana a Ciego de Ávila para “darle una vuelta a mi mamá”, “cada vez que me monto en una guagua lo hago con miedo. Ya ni llevo a mi hijo conmigo porque no quiero que nada le pase. En los accidentes no solo perdemos los pocos ómnibus que tenemos, sino vidas humanas. Hace unos meses se puso de moda usar el cinturón de seguridad en los ómnibus, pero ya volvió el relajo y nadie se lo pone”.

En palabras de esta enfermera, de 35 años, “lo más lamentable es que los hechos no se aclaran nunca. No se publica quién tuvo la culpa y por qué. La mayoría de las veces la noticia no pasa de decir que 'se investigan las causas del fatal accidente'. La gente se pone a correr de verdad cuando mueren extranjeros, pero, cuando los fallecidos son cubanos, se le da menos rimbombancia al asunto”.

Lo más lamentable es que los hechos no se aclaran nunca. No se publica quién tuvo la culpa y por qué. La mayoría de las veces la noticia no pasa de decir que 'se investigan las causas del fatal accidente'

Además de preguntarse si las Yutong no tienen frenos, una de las usuarias de Cubadebate se refiere a la incapacidad de muchos choferes. “Sigan regalando licencias de conducción, sigan vendiéndolas a 20 CUC” están dándole permiso para manejar a cualquiera y no cualquiera puede conducir son máquinas de matar personas y eso es lo que están haciendo. No sé qué está pasando. En mi provincia, Villa Clara, es mucha la corrupción que hay con las licencias de conducción: 20 CUC la prueba práctica, 10 la escrita y he aquí el resultado”.

En el mismo sitio web aparece el comentario: “Ya no se sabe ni qué es mejor para ir a otra provincia, los aviones que se caen o los ómnibus interprovinciales que todas las semanas chocan”. En tanto, otro afirma que “la preocupación más grande del país” es “ir a trabajar o tener que visitar a familiares en provincias lejanas a casa. Será que la solución es no visitarlos o que se acaben de mostrar las cabezas en la TV de los que no controlan esta situación… Esto va directo al ministro de Transporte porque alguien tiene que sentirse responsable en algún momento”.

Desde la óptica del ingeniero industrial Ernesto, de 47 años, “creo que más que frenos a esas guaguas les hacen faltan buenas carreteras y choferes descansados. Muchos de los choferes a veces ni se turnan y uno mismo hace viajes larguísimos”.

A esas guaguas les hacen faltan buenas carreteras y choferes descansados. Muchos de los choferes a veces ni se turnan y uno mismo hace viajes larguísimos

Por otro lado, agrega, “¿qué esperan para terminar la Autopista Nacional y desaparecer la Carretera Central que no es más que un maltratado camino de la muerte con unos 100 años de explotación? Apenas caben dos vehículos grandes por la principal carretera de este país. ¿Cuántas personas tendrán que morirse para que tomen la decisión de llevar la Autopista hasta Oriente en vez de seguir construyendo hoteles y malgastando el poco dinero que tenemos? Así por lo menos se salvarían vidas”.

¿Cuántas personas tendrán que morirse para que tomen la decisión de llevar la Autopista hasta Oriente en vez de seguir construyendo hoteles y malgastando el poco dinero que tenemos?

El alto índice de accidentalidad en Cuba se debe principalmente al empleo de un parque móvil muy envejecido y al mal estado de las carreteras por un deficiente mantenimiento, así como a adelantamientos indebidos, la desatención del volante, el irrespeto al derecho de vía y los excesos de velocidad. Más de la mitad de los accidentes en el país es reportada por la colisión de vehículos en marcha.

Una funcionaria del Ministerio de Transporte confirma que a veces no se ponen correctamente los equipajes en el ómnibus, de forma que el peso esté equilibrado, ni los choferes descansan el tiempo suficiente antes de manejar largas distancias, “a pesar de que llevan sobre sus hombros el cuidado de casi 50 personas”.

Según asegura Yoandris, un albañil que reside en la capital desde hace cinco años, “los accidentes de ómnibus son nuestro pan de cada día. Tengo a mi familia en Bayamo y me da terror que vengan a verme. Hay tramos, como los de Jatibonico, Florida o Baracoa, que son tristemente famosos por los accidentes que allí ocurren, pero nadie atiende con seriedad el estado de esas vías, ni de las señales de tránsito, ni de los vehículos, ni de las rutas de viaje, ni de los choferes”.

“Los dirigentes deben acabar de darse la buena vida y pensar que un día pueden tener ellos o sus familiares un grave accidente. Que paren un poco las inversiones en el turismo y que se centren más en el mantener vivos a conductores, pasajeros, peatones. Que nos dejen morir de viejos y no porque otro metió mal el pie en el acelerador”, concluye el cuentapropista.

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