La orca Lolita, que lleva más de 50 años en cautividad en el Miami Seaquarium, será liberada en un plazo de seis a 12 meses y llevada a las aguas de la costa noroeste de Estados Unidos.
Lolita regresará al área del Pacífico Norte donde fue capturada en 1970, entre el estado de Washington y la frontera con Canadá.
Su liberación será posible gracias a un acuerdo entre el acuario y entidades y personas que apoyan económicamente con su mantenimiento.
Eduardo Albor, director general de The Dolphin Company, concesionaria del Miami Seaquarium, declaró a EFE que el cetáceo viajará a su nuevo hogar en un avión de carga, y que el proceso de traslado "será complejo".
Albor precisó que el animal vivirá en un lugar mucho más grande que la piscina donde está actualmente, de 60 pies (18 metros) de longitud y una profundidad máxima de 20 pies (6,1 metros).
"Lolita será ubicada en una 'caleta' -un área acotada- y no en mar abierto", aclaró.
Precisamente uno de los aspectos que más cuestionaban los grupos de defensa de los animales que llevaban años reclamando la liberación de Lolita era las condiciones inadecuadas en las que se encontraba.
Otro tema en el que incidió la organización PETA (Personas por un trato ético para los animales), que incluso puso una demanda ante la justicia para la libertad del cetáceo, es que "no ha tenido ningún contacto con otra orca desde 1980, cuando su compañero de tanque, Hugo, murió aparentemente después de golpear repetidamente su cabeza contra una pared".
Se estima que Lolita tendría unos cuatro años cuando fue apresada en 1970 por pescadores que la vendieron al Miami Seaquarium por casi 20,000 dólares.
Los indios de la tribu Lummi Nation, que viven en la zona donde nació la orca, notificaron al Miami Seaquarium que si en 90 días no la liberaba, aplicarían un recurso legal aprobado en 1990 nombrado Ley Federal de Protección y Repatriación de Tumbas Nativo Americanas (NAGPRA).
Los Lummi dijeron que consideran a Lolita una persona y la llaman Tokitae, y que el parque temático debería responder a la petición.
La tribu hizo diferentes solicitudes al Seaquarium para que la devolución del cetáceo al mar, y para ello llevó a cabo diversas campañas sociales, como la de pasear un tótem de la orca en un recorrido que se extendió hasta la ciudad de Miami. Sin embargo, nunca obtuvieron una respuesta favorable.
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