Gran parte de los sangramientos nasales no son peligrosos para las personas que los sufren, ya sea si son ocasionales o recurrentes. Sin embargo, ello no quita que las personas, amigos y/o familiares se preocupen sobre todo, cuando son más frecuentes en niños y niñas y también en adultos mayores.
Este sangrado, constituye una urgencia común y es causa frecuente de hospitalización. Hay dos formas clínicas de epístaxis, la que evaluamos como enfermedad primaria y la sintomática o secundaria.
En la primera, la hemorragia nasal es poco abundante y fácil de detener, aparece en todas las edades y es frecuente en niños y adolescentes. Se puede producir por aumento brusco de la presión intranasal, al sonarse la nariz, estornudar, por esfuerzos físicos y calor o frío intensos. Es fácil de localizar el sitio del sangrado y de diagnosticar, puesto que la hemorragia sale al exterior por la nariz.
En la sintomática o secundaria, la hemorragia suele ser de mayor intensidad, moderada o severa, y es expresión de una enfermedad, como la hipertensión arterial, la vasculitis (inflamación de vasos sanguíneos), trastornos de la coagulación, etc. En estos casos la sangre no siempre fluye por las fosas nasales, sino que pasa a la faringe por la parte posterior de la nariz, y es típica de adultos mayores de 40 años, como también las causadas por la arteriosclerosis y afecciones cardiovasculares, entre otras.
En los niños es frecuente, la causada por traumas o golpes, la que se produce por accidentes y por autolesión digital de la mucosa nasal (al introducir un dedo en la nariz). También como consecuencia de la introducción de un cuerpo extraño en las vías nasales, que debe ser sospechado cuando el sangramiento se acompaña de secreción con mal olor y en un solo lado de la nariz, lo que demanda una consulta de urgencia ante el peligro de que el cuerpo extraño descienda y pase al pulmón.
Entre las no traumáticas, son importantes las inflamatorias causadas por sinusitis, alergias nasales, infecciones virales de las vías respiratorias superiores, deformidades del tabique nasal.
Hay estudios que relacionan el sangrado nasal con el abuso en el consumo de alcohol y, asimismo, por cambios hormonales (en la pubertad, menstruación y embarazo), debido a un aumento de la vascularización nasal.
En la infancia, en un gran número de casos se desconoce el porqué de estos sangramientos locales.
El uso de algunos medicamentos como la aspirina que tiene acción de antiagregante plaquetario en algunas personas podría originarles hemorragia nasal. También los antinflamatorios no esteroideos, como el Ibuprofén, Naproxeno, y otros de esta familia.
Cuando hay sangramiento nasal las acciones a tomar dependen de la intensidad, localización y causas que lo producen. Siéntese y apriete suavemente la porción blanda de la nariz entre los dedos pulgar e índice, de tal manera que las fosas nasales estén cerradas, durante 10 minutos. Inclínese hacia adelante para evitar tragar sangre y respire a través de la boca. Espere al menos 10 minutos antes de verificar si el sangrado se ha detenido. Muchas hemorragias nasales pueden controlarse de esta manera si se da suficiente tiempo para que el sangrado se detenga.
La aplicación de compresas frías o de hielo sobre el puente nasal puede ayudar. No debe taponarse el interior de la nariz con gasa.
No se recomienda acostarse mientras existe una hemorragia nasal. Igualmente, se debe evitar aspirar o soplar por la nariz durante varias horas después la hemorragia. Si la hemorragia persiste, algunas veces, se puede emplear un descongestionante nasal en aerosol (Afrin, NeoSynephrine) para sellar pequeños vasos sanguíneos y controlar el sangrado.
Consiga atención urgente si:
• La hemorragia no se detiene después de 20 minutos.
• La hemorragia nasal se presenta después de un traumatismo craneal pues puede haber fractura del cráneo.
• Su nariz puede estar rota (por ejemplo, está deforme después de un golpe o una lesión).
Igualmente, llame al médico si usted o su hijo presenta hemorragias nasales repetidas, sobre todo si se están volviendo más frecuentes y no están relacionadas con un resfriado u otra irritación menor.
Cuando el sangrado no cede y es de moderada o de mayor intensidad, entonces requerirá asistencia médica inmediata.
Cuando el origen es conocido es posible la prevención eliminando los factores causales.
Una casa más fresca y el uso de un vaporizador, para retornarle la humedad al aire, ayudan a muchas personas con hemorragias nasales frecuentes. Un aerosol nasal salino y una jalea hidrosoluble pueden ayudar a prevenir hemorragias nasales, especialmente durante los meses de invierno.
Los sangramientos nasales evolucionan de acuerdo con su intensidad y forma clínica. Si es severo, puede presentarse anemia, presión baja, pero con la adopción de las medidas adecuadas, en general estos trastornos no acarrean mayores consecuencias.
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