
Un amplio programa de inversiones ejecuta la industria farmacéutica cubana con el propósito de ampliar la capacidad productiva de los laboratorios, mejorar las condiciones de estos e introducir tecnología de última generación que permita asumir la fabricación de nuevos fármacos. Según dijo a Trabajadores Ramón Arango Caraballo, director de calidad y desarrollo del Grupo Empresarial Farmacéutico QUIMEFA, este programa -que comenzó en el año 2004 y se extenderá hasta el 2010-, incluye nuevas plantas para la producción de reactivos químicos utilizados en el diagnóstico, inyectables, colirios, aerosoles ecológicos, sueros en bolsas plásticas, suspensiones orales y tabletas, entre otros renglones. Con respecto a las cremas y ungüentos, Arango precisó que en el 2008 se prevé una remodelación del laboratorio Roberto Escudero, ubicado en Ciudad de La Habana, para ampliar su capacidad productiva y satisfacer así la demanda en esta formulación. De 2006 al 2010 el plan de introducción y desarrollo de nuevos medicamentos incluye 123 productos y 43 grupos farmacológicos, con el aporte de QUIMEFA y de los centros del polo científico. "Estamos trabajando para introducir fármacos más actuales. Entre el 20 y el 25% del cuadro básico de medicamentos debe renovarse en estos cinco años, de los cuales hay algunos en fase productiva y otros en la etapa de investigación y desarrollo", apuntó Arango. Como parte de este proceso de renovación, la industria aplica un sistema de gestión informática que actualiza diariamente las existencias de fármacos y los consumos en todas las droguerías del país, lo que garantiza servirlos de inmediato a los centros, cuando los soliciten. Si bien la industria farmacéutica tampoco escapó a la crisis económica de la década de los 90, aun en los años más crudos del llamado período especial el Estado destinó a esta rama un financiamiento razonable que permitió mantener la vitalidad de la industria y no cerrar ningún laboratorio. Este millonario programa inversionista que ahora llevan a cabo tiene sin duda un notable impacto económico por lo que significa en sustitución de importaciones, y tiene también un gran significado social y humano, pues la estabilidad en la producción de fármacos y la introducción de otros más eficaces redundan en la salud de la población. Estos nuevos productos, como la totalidad de los medicamentos en Cuba, son subvencionados por el Estado y los precios son asequibles a toda la población.Fuente: Radio Habana Cuba
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