Especialistas del Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad
(BIOECO), con sede en esta ciudad, han reportado la aparición de dos
especies de arañas nuevas para la ciencia, entre los fondos de la
colección de arácnidos del Museo de Historia Natural de Santo Domingo,
República Dominicana.
El hallazgo se produjo mientras los expertos de la Isla cumplían con
la etapa inicial de un convenio de colaboración entre Cuba y La
Española, para el intercambio especializado en apoyo a las colecciones
de la prestigiosa institución dominicana, reabierta al público después
de casi una década sin prestar servicios.
Alexander Sánchez, quien encabezó el equipo encargado de catalogar,
organizar e identificar la vasta colección de arácnidos almacenados en
el Museo, explicó a JR que el
minucioso trabajo permitió además el registro, por primera vez en La
Española, de otras seis especies del género, oriundas de otras áreas
del Caribe y nunca antes localizadas en Santo Domingo.
A la par de las labores de curadoría de la colección del museo
dominicano, que incluye el procesamiento digital de la información, los
jóvenes investigadores se enfrascan en estos momentos en el estudio de
las nuevas arañas, que deberá concluir con su «bautizo» para la ciencia.
Los arácnidos son considerados como eficaces controladores
biológicos. Si desaparecieran de la vida del planeta durante 24 horas,
según los especialistas, las poblaciones de insectos llegarían a
niveles tales que harían imposible la vida.
Con 596 especies de arañas, la mitad de ellas endémicas, y una
experiencia en la colecta, identificación y análisis que data de los
años 30, Cuba tiene la aracnofauna mejor estudiada del Caribe, y hoy
pone todo ese conocimiento a disposición de sus naciones vecinas.
El aporte de los expertos cubanos, que este año pudiera extenderse a
las colecciones de insectos, anfibios, reptiles y moluscos del propio
Museo de Santo Domingo, así como a otros importantes centros de ciencia
dominicanos, es valorado por sus protagonistas como una demostración de
cuanto pueden hacer juntos los pueblos caribeños en pos de la
preservación de su biodiversidad y el cuidado del medio ambiente.
Las acciones comunes en el campo medioambiental en la región,
echaron a andar desde mediados del pasado año, en que los gobiernos de
Cuba, República Dominicana y Haití firmaron la Declaración de Santo
Domingo, para la creación de un Corredor Biológico en el Caribe,
ejemplo de cooperación Sur-Sur que de esta manera ha empezado a
materializarse.
Fuente: Juventud Rebelde
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