El vuelo de la energía eólica en Cuba

La voluntad política del Gobierno y las condiciones naturales existentes en la isla crean las premisas para el fomento de fuentes alternativas de energía además de la eólica, como la hidráulica, el biogás, la solar y la que procede de la biomasa de la caña y los bosques forestales. De acuerdo con expertos del Ministerio de la Industria Básica (MINBAS), se trabaja en un programa de desarrollo de la energía eólica hasta el 2020, el cual deberá aportar más de 500 MW. Juan Manuel Presa, funcionario de ese organismo, precisó a Prensa Latina que actualmente hay tres proyectos importantes para el aprovechamiento de esa fuente. Estos son el de Isla de la Juventud, al sur de la zona occidental de Cuba, con 2,10 MW instalados y ya en operaciones, y otros dos en el municipio holguinero de Gibara, en el oriente del país.. El Gibara I, ya en funcionamiento, es hasta el momento el mayor parque eólico del archipiélago, y el primero que está situado en la franja de la costa norte del país, la cual, según estudios, es la de mejores condiciones para el fomento de ese tipo de energía. Esta obra, que inicia una nueva tradición en esa esfera en la isla, dispone de aerogeneradores de 24 toneladas de peso cada uno a 55 metros de altura y sala de control automático. Cuenta con seis máquinas de tecnología española, cada una con capacidad de generación de 850 KW. Las aspas tienen 26,5 metros de altura. De esta manera, tales instalaciones y otra que se construirá en el mismo municipio holguinero, constituyen un paso importante en el propósito de incrementar el rendimiento de las fuentes renovables de energía, como vía de ahorrar combustibles y no contaminar el medio. Así, el país espera disponer en 2008 de notables cantidades de energía generada con la fuerza de los vientos, fuente que goza de gran auge en el mundo ante el probable agotamiento de los combustibles fósiles. Por otra parte, operan en la isla más de seis mil 700 molinos de viento, que significan un ahorro anual de 31 mil 624 toneladas de combustibles (cifra que no incluye los 270 molinos existentes en la rama azucarera), en beneficio de la ganadería y la agricultura. Otros esfuerzos realizados en esta dirección comprenden la actualización del Mapa Eólico Nacional, y la instalación de estaciones de tecnología alemana para la medición del viento a 50 metros de altura. Cuba implementa desde hace varios años una revolución en el frente de la energía, que incluye la instalación de grupos electrógenos, los cuales propiciaron la desaparición de los apagones (interrupciones involuntarias del fluido) en el país, y la sustitución de bombillos incandescentes por otros ahorradores. Ella comprende, asimismo, el cambio de equipos electrodomésticos ineficientes, la modernización de las redes eléctricas de transmisión y distribución y lograr la independencia en el suministro de combustibles fósiles, mediante el incremento de la producción nacional de estos últimos, y el desarrollo de fuentes de energía renovable. Este país dispone de más de un 96 por ciento de electrificación mediante el Sistema Electro Energético Nacional, que se basa en el aprovechamiento del petróleo nacional y el importado y del gas acompañante, como fuentes principales de generación. En Cuba la demanda pico de electricidad es de dos mil 500 MW. El país dispone hoy gracias a la Revolución Energética más de mil MW de capacidad de generación por encima de esa demanda. Simultáneamente, se incrementa la atención al desarrollo de la energía alternativa, en muchos casos más barata y compatible con el ambiente, como la solar, la hidráulica y la eólica, entre otras. El uso de la energía eólica se remonta a cuatro mil años y comenzó en Persia, en los sistemas de bombeo para extraer agua. Actualmente un 20 por ciento de la energía mundial proviene de la renovable y, de ella, la mayor parte corresponde a la hidráulica. Sin embargo, es la energía eólica la que disfruta de mayor auge, con más de un 25 por ciento de incremento anual, y es la industria energética de mayor incremento en el mundo, según la Asociación Mundial de Energía. Fuente: CMHW